Llevo cerca de treinta años viviendo en Alpedrete, implicado en su devenir cotidiano siempre, he sido concejal de su Ayuntamiento en tres mandatos aunque al primero llegué de rebote, por la necesidad de sustituir a mi buen amigo Stuart Linares. En mi largo periplo político, con más de cincuenta años de militancia comunista a mis espaldas, nunca había participado en política institucional y no me importa reconocer que esta experiencia de concejal, además de enriquecedora, me había llegado a producir un cierto sentimiento de orgullo. En no pocas ocasiones me he sentido orgulloso de decir: "Soy concejal del Ayuntamiento de Alpedrete".
En el
día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas
nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado.
El Generalísimo Franco
Burgos, 1° abril 1939.
Este
parte de guerra, leído por el actor y locutor Fernando Fernández de Córdoba
desde el estudio de Radio Nacional de España en el Paseo del Espolón burgalés,
cerca del Palacio de la Isla, sede del gobierno fascista.
Estamos
viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas
circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos
hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con
la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada, ilegalmente, la
independencia de Cataluña……
……
Termino
ya estas palabras, dirigidas a todo el pueblo español, para subrayar una vez
más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia,
mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso
como Rey con la unidad y la permanencia de España.
Felipe VI
Madrid,
3 de octubre de 2017.
Este discurso fue leído en presencia de un
retrato de Carlos III en el palacio de la Zarzuela.
No
teman mis amables lectores, suponiendo, y ya es suponer, que haya alguno, no
pretendo hacer trampa comparando ambos
textos, uno pone fin a una cruenta guerra civil originada por un golpe de
estado protagonizada por generales “africanistas” con el apoyo económico de la
gran burguesía y los terratenientes, militar de los regímenes de Hitler y
Mussolini, moral de la jerarquía católica y presencialmente físico de
organizaciones de carácter fascista como
la Falange y los Requetés, el otro pone fin a un intento de autodeterminación
de Cataluña, algo no contemplado por la vigente constitución de 1978 y por
tanto ilegal. Dicho, si se puede, más claro aún el primero confirmaba el
triunfo final de una acción delictiva, contraria a la legalidad vigente,
mientras que el segundo pretendía confirmar el triunfo de la legalidad vigente.
La
acción criminal de Franco, la primera, la que culmina con la entrada en Madrid
de los fascistas el 28 de mayo de 1939, generó una nueva legalidad de facto que entre otras cosas impedía que la gente manifestara su opinión mediante un
instrumento llamado voto. Quien conculcaba esa legalidad de facto era
reprimido con dureza pudiendo llegar a perder la vida, y así durante cerca de
cuarenta años. Cuando tras la muerte del dictador en la Ciudad Sanitaria La
Paz, curiosal ironía para quien la guerra había sido su divisa, comienza a
atisbarse una cierta esperanza, el grito “¡Libertad, Amnistía! resuena en las
calles de toda España y en Cataluña con versión vernácula “Llibertat, ¡Amnistia
Estatut d’Autonomia!”. ¿Qué pedíamos cuando pedíamos Amnistía? Ni más ni menos,
en nuestra inocencia, queríamos que nuestros presos salieran de las cárceles,
que nuestros exiliados volvieran, y no sabíamos, igualmente inocentes, que ese
proceso también lavaba los delitos contra la humanidad cometidos por policías
torturadores y toda suerte de criminales soporte del franquismo,
convirtiéndose, en la práctica en una ley de punto final.
El
”procés” , vamos a simplificar llamando así al proceso que se inicia con el
tribunal constitucional cargándose el Estatuto de Autonomía, continúa con un
primer referéndum, en 2013 con Artur Mas al frente de la Generalitat y culmina con
la declaración unilateral de independencia (DUI) tras el referéndum de 1 de
octubre de 2017, conculca la legalidad de iure que nace, tras la aprobación
de la Constitución en diciembre de 1978, desde la legalidad de facto franquista. Y a algunos, desde luego a mi, no nos es baladí preguntarnos:
¿Cómo
es posible que un régimen fascista de lugar a uno democrático sin una ruptura
radical del primero?
¿Por
qué nunca se nos preguntó qué forma de estado escogíamos teniendo en cuenta que
el jefe del Estado que sucede al dictador es una imposición del dictador mismo?
¿Por
qué a esos pueblos que la propia Constitución de 1978 les va a conceder la
particularidad de ser “nacionalidades” no son consultados sobre qué tipo de
vinculación quieren con el estado?
Y a algunos,
desde luego a mí, se nos ocurre, después de sesudas reflexiones, que estas
preguntas y otras muchas que pudieran ocurrírsenos tienen una sencilla
respuesta: El proceso porque el que se transita de una legalidad a otra, la
nunca suficientemente ensalzada modélica Transición, tenía un defecto de
origen, la negociación nunca fue entre iguales, unos tenían detrás el ejército
vencedor, los cuerpos represivos y el poder económico español y extranjero, los
otros…la razón y poco más. De manera que algunos, y desde luego a mí, nos
parece que la legalidad de 1978 puede no ser tan de iure como parece. Nació
desde el designio personal de un dictador, empezó con una ley de punto final y
culminó con un referéndum lleno de trampas, un trágala de “son lentejas, si
quieres…”
Así
que, a lo mejor, conculcar esa legalidad, puede que, al menos éticamente, no
sea tan delictivo, al fin y al cabo, lo que querían, y la mayoría sigue
queriendo, era simplemente votar, justamente aquello que no querían los
militares africanistas y sus aliados ya mencionados que terminaron, a sangre y
fuego con el democrático, aquel plenamente, régimen republicano.
En
cualquier caso, lo que hoy tenemos es un conflicto político que algunos quieren
resolver de una forma policial y, a la postre, jurídico como confrontación
entre dos legalidades.
La
experiencia demuestra que los conflictos políticos como mejor se resuelven es
con la política. El aspirante a ser investido no deja de repetir que los
indultos, medida política potestad del Gobierno, contribuyeron a rebajar la
tensión dentro de la sociedad catalana. Y tiene razón, aunque fuera a costa de
cohesionar a lo más energúmeno y casposamente celtibérico de la sociedad más
añorante de una España que nunca ha existido. La posible amnistía prevista, yo
la investidura aun la veo lejana, no es una potestad del gobierno, ha de
articularse mediante ley y aprobarse en el parlamento en un trámite que se
antoja complicado pues cabe recordar la mayoría reaccionaria en el Senado. Esta
medida ayudará, aun más, a recuperar la política en la sociedad catalana, ya
que no es una medida que beneficie exclusivamente al sr. Puigdemont, al que no
le profeso simpatía alguna, sino a más de 3.000 encausados por su colaboración
el 1 de octubre. ¿De verdad creemos que el votar, querer votar o contribuir a
que se vote constituye, moralmente, un ilícito penal?
Por
último, y aun en el escenario óptimo de los posibles. Investidura del sr.
Sánchez con gobierno de izquierda y programa que avance en derechos sociales,
vamos a tener un escenario político endiablado en el que los posibles socios de
investidura, o al menos algunos de ellos, ya anuncian que no lo serán de
legislatura y que sus apoyos habrá que sudarlos.
PD:
De SUMAR hablamos otro día
En la Fiesta Nacional
yo me quedo en la cama igual
que la música militar
nunca me supo levantar
Esta es una traducción de que hace Pierre Pascal para Paco Ibáñez de la canción de Georges Brassens La mauvaise reputation
Le jour du Quatorze juillet
je reste dans mon lit douillet.
La musique qui marche au pas
cela ne me regarde pas.
Esto es lo que a mí me provoca la fiesta nacional que algunos celebran hoy
He iniciado los trámites para acceder a la condición de jubilado, una situación que muchos anhelan, y lo comprendo, aunque a mi me provocan sentimientos contradictorios. Por un lado creo que merezco ya dejar de preocuparme por la coherencia de interminables series de números e indicadores. Por otra parte mi trabajo, muy alejado de lo rutinario, siempre me ha gustado aunque tengo que reconocer que en los últimos tiempos he dejado de tener el empuje que tuve otrora. Es más, si mi Olga no se hubiese ido tan pronto ha tiempo que estaría jubilado pues eran muchos los proyectos que teníamos para cuando ambos alcanzáramos esa condición.
Descansaba desde hace casi año este humilde aspirante a
aprendiz de bolchevique, con no demasiadas ganas de despertar, todo hay que
confesarlo, cuando un escalofrío de perplejidad le ha sacudido al observar la
reacción de algunos de sus compatriotas, señaladamente aquellos que se sitúan
en sus antípodas políticas, al escándalo que ha estallado, con todo lujo de
efectos pirotécnicos, mor de la feroz, hasta ahora oculta y al mismo tiempo evidente,
lucha por la hegemonía en el principal,
aunque no único, instrumento político de la derecha española.
En no pocas ocasionas tanto este humilde aspirante a aprendiz de
bolchevique como su trasunto, el espía otomano, han puesto de manifiesto las
dificultades de la derecha política española para homologarse con sus colegas
europeos, algo que ha conseguido sin demasiada dificultad la extrema derecha
española que se siente cómoda e incluso ejerce de anfitriona con personajes tan
peculiares como el polaco Andrzej Duda, el húngaro Viktor Orban o
la francesa Marine Le Pen añorantes todos, y todas, de aquella Europa
medieval que organizaba cruzadas contra los sarracenos, quemaba brujas y
herejes y lapidaba adúlteras y sodomitas con el gran tío de América, el
estrafalario Donald John Trump como líder indiscutible. En efecto,
mientras la extrema derecha cavernícola, retrógrada y reaccionaria es fácilmente
encasillable con sus iguales del resto del mundo, la derecha política que
debería ser moderna en sintonía con lo que se cuece allende de nuestras
fronteras es difícilmente comparable; sin ir más lejos, mientras la CDU alemana,sin
complejos de ninguna clase mantiene, sostiene y alienta un cordón sanitario que
aisla a Alternative für Deutschland , nuestra derecha política, que
gusta autodenominarse centro derecha, no pone reparos en aprobar presupuestos
con el apoyo de la extrema derecha en algunas de las Comunidades que gobierna.
La derecha real, la de verdad, la que no se presenta a
elecciones, a cuyos miembros más importantes ni siquiera conocemos, lleva
décadas intentando construir un sujeto político que le sea útil. Ellos, que
antes de la muerte del dictador ya habían dado un paso adelante para modernizar
un capitalismo español lastrado por inviables propuestas autárquicas de origen
azul mahón, a la muerte del general Franco intentaron desde el propio
entramado del Movimiento Nacional crear una fuerza política útil, la
UCD, con un hombre procedente del régimen, Adolfo Suárez, como
indiscutible muñidor y protagonista. Aquella fuerza estalló como consecuencia,
entre otras cosas, de la fragilidad de su gestación. El gran líder de la
derecha española más identificable como tal Manuel Fraga también fue
obligado, por esa derecha real, a aggiornar su Alianza Popular, a
dar un paso atrás para que naciera el que hoy conocemos como Partido Popular.
Y no han sido los únicos intentos de generar una fuerza política de la
derecha moderna, en los años ochenta, antes de la transición de Alianza
Popular a Partido Popular y al constatarse que Fraga tenía un
techo electoral que hacía imbatible a Felipe González se urdió la
llamada Operación Roca con el nacionalista de la derecha catalana Miquel
Roca i Junyent como actor principal. La operación fracasó, entre otras
razones, porque el conjunto de la sociedad española no estaba preparado para
entregar el timón de la nave a un nacionalista catalán, por más que aquella Convergència
i Unió no tuviera, ni por asomo, el proyecto claramente independentista que
hoy tienen sus sucesores. La creación del Partido Popular con la llegada
de José María Aznar a la presidencia, primero del Partido y luego del
Gobierno parecía haber generado una fuerza política de derecha moderna. Fueron
los tiempos en los que se fraguaron los pactos con el President Pujol
para asegurar la estabilidad parlamentaria, los tiempos en los que, sin
ninguna clase de pudor, se refería al Movimiento Vasco de Liberación en
el marco de la posibilidad de entablar algún tipo de negociación con ETA.
Sin embargo, la presión de la parte más retrógrada y reaccionaria de la
formación, que acabaría pariendo VOX y los innumerables casos de
corrupción que han salpicado al PP pusieron contra las cuerdas el
proyecto. En esta situación de gran dificultad para el Partido Popular, con
el que se había sido su vicepresidente económico entrando en prisión, y junto a
él el que había sido presidente de la Comunidad de Madrid y otros altos cargos,
se puso en marcha, desde un movimiento gestado exclusivamente en Cataluña, con
unas características muy definidamente catalanas y que tienen que ver con lo
que ellos llamaban la hegemonía cultural catalanista, el enésimo intento
de generar una derecha política moderna y liberal. Ciudadanos. El
proyecto, está muy reciente, fracasó por la megalomanía de su presidente y
fundador que, convencido de que estaba llamado a ser presidente por su cara
bonita construyó una estrategia que nadie, puede que ni él mismo, acabó de
entender.
Y llegados a este punto, con la parte más reaccionaria
desgajada para seguir su propia ruta ultraderechista y sin la amenaza de que
otra fuerza política le disputara el espacio más centrista pudiera
pensarse llegado el momento de consolidar un proyecto político, liberal en lo
económico, firme partidario de la economía de mercado, conservador en lo
político, sin mostrarse nostálgico de un pasado a olvidar y moderado en lo
social, sin cuestionar los innegables avances en ese terreno que ha
protagonizado nuestra sociedad. Pues no.
Y aquí comienza la perplejidad del que esto escribe al
observar a un Partido Popular políticamente desnortado que en lenguaje
popular no acaba de saber si está setas o a Rolex. Igual lanza una
diatriba imponente contra la extrema derecha por boca del, hasta ahora,
presidente del partido Pablo Casado, que manifiesta su disposición a
pactar con el partido de Ortega Lara, por boca de la emergente figura de Isabel Díaz Ayuso. A día de hoy el supuesto ganador de las elecciones
de Castilla y León Alfonso
Fernández Mañueco no sabe que hacer
¿Pactar con VOX su entrada en el gobierno? ¿Pedir la abstención del PSOE?
¿Repetir elecciones? ¿Hacer el camino de Santiago vestido de fallera mayor?
La explosión de la
crisis del PP le preocupa al que esto escribe, más allá de que, a que
negarlo, esté disfrutando como un gorrino en barrizal. Si, como todo parece
indicar, la presidenta de la Comunidad de Madrid dobla el pulso al Presidente
del Partido Popular, habrá ganado una forma de hacer política en la que la
corrupción no es un elemento importante y, de hecho, a los que hoy se han
manifestado en Génova 13 pidiendo la dimisión de la dirección popular no solo
parece no importarles que haya habido contrataciones irregulares en estado de
alarma, sino que, incluso, lo aplauden. Si es la dirección del partido la que
gana, y lo dudo mucho, se habrá instalado una forma de hacer política
insustancial y contradictoria más pendiente de las políticas que generan otros
que de generar unas propias.
Pero bueno, ambos
salen tocados, y eso, en definitiva, puede ser beneficioso, o eso puede pensar
el Presidente del Gobierno.
Acabo el cuenco de
palomitas firmo y rubrico.
Los escritores de nuestro siglo de oro a menudo mezclan el honor y los privilegios reales a la hora de elaborar sus comedias, quedando siempre meridianamente claro que el honor es lo más preciado que tiene alguien que tenga de sí la menor estima. Igualmente en estas, en su día, exitosas comedias la figura del rey quedaba, en todo momento, al margen de cualquier atisbo, por nimio que fuere, de un comportamiento no ejemplar, así Francisco Rojas Zorrilla, en la que comedia que da título a esta entrada hace recaer toda la responsabilidad de lo que ocurre, un intento de seducción a una mujer casada, a Don Mendo que suplanta la personalidad del rey Alfonso XI
Más conocida, aún, es El alcalde de Zalamea de Calderón, a veces conocida como El garrote más bien dado. Aquí es Don Pedro Crespo quien no duda en aplicar garrote al héroe de Flandes el capitán Álvaro de Ataide por haber mancillado su honor al haber forzado a su hija. Mil veces se han repetido las palabras de Don Pedro
Al rey la hacienda y y la vida
se ha de dar, pero el honor
es patrimonio del alma,
y el alma sólo es de Dios.
El rey, en este caso Felipe II,
solicita con mi muerte tu alabanza
para que de ti se diga
que por dar vida a tu honor
diste la muerte a tu hija.
Finalmente el padre, supongo que conmovido, decide que su hija entre en un convento de por vida, Traducido al lenguaje jurídico actual le conmuta la pena de muerte por la de cadena perpetua no revisable, por el delito de haber sido sido raptada y violada.
Pero para no dispersarme y continuar con el objetivo inicial que persigo quiero destacar que aquí, como en la comedia de Rojas Zorrilla, el comportamiento del rey es irreprochable.
Y por no cansar a mis amables lectores termino con una alusión a Fuenteovejuna de Lope de Vega, aquí también hay un lascivo comendador que intenta mancillar el honor de una doncella, y es todo un pueblo el que hace justicia
-¿Quién mató al Comendador?
-Fuenteovejuna, Señor.
-¿Quién es Fuenteovejuna?
-Todo el pueblo a una
La llegada de los Reyes Católicos
Hicieran lo que hicieran, los reyes siempre lo hacían bien, daba igual que Alfonso XI dejara un follón dinástico importante al tener diez hijos (Los Trastámara) con Leonor de Guzmán follón que provocó una cruenta guerra civil que acabó con Enrique II de Trastámara (llamado también de las Mercedes) en el trono, con la inestimable colaboración del Príncipe Negro (en realidad era el príncipe de Gales inglés) Ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor. También daba igual que su tataranieta Isabel de Trastámara diera un golpe de estado en toda regla robándole la merienda, y el trono, a su hermano Enrique IV para ser la gran Isabel la Católica,
Soy español, español , español
yo soy español, español, español
yo soy español, español, español
...................................................
yo soy español, español, español
(La letra tiene una calidad literaria a la altura de los autores de nuestra literatura con los que he comenzado a escribir. )
Luego uno va a Flandes y se da de bruces con la cruda realidad, no solo se pone el sol todos los días sino que cuando sale no se le ve, oculto tras nubes, nieblas y brumas. La lluvia es constante en todas las modalidades. desde el aguacero insoportable hasta la caladora neblina meona, pasando por tormentas inesperadas, que le lleva a uno pensar ¿Para que queríamos tan inhóspito lugar? Parece ser, dicen, que por la propia grandeza de España,, por un lado, y también como defensores de la Fé. Yo como la grandeza de España, la circunscribo a las copas de Europa de mi Madrid, los triunfos de Bahamontes, Luis Ocaña, Pedro Delgado, Miguel Induráin y Alberto Contador en el Tour, Rafael Nadal y Manolo Santana en Tenis y poco más (me es muy ajeno el mundial de fútbol de Sudáfrica) y Fé, lo que se dice Fé, no tengo, no acabo de comprender la insistencia de mis antepasados (En los tercios de Flandes había más de un García seguro) en permanecer en un lugar en el que además caíamos fatal.
Y como se puede apreciar me he vuelto a ir por los cerros de Übeda, y es que mi absoluta carencia de técnica literaria me lleva a, una vez que tengo claro sobre lo que quiero escribir, algo que no siempre ocurre, empezar a desviarme de mi objetivo.
Quería expresar (iba a utilizar el verbo decir, pero realmente no estoy diciendo nada, estoy pensando y escribiendo) con todo lo que escrito hasta ahora que en nuestra tradición literaria la figura del monarca ha estado siempre muy bien tratada independientemente de la calidad de la gestión. Así Felipe III,
Le sucede su hijo Felipe IV
Nos dejó de sucesor a Carlos II
Este es un pobre hombre maltratado por la historia, la sucesión de matrimonios consanguíneos de sus antepasados, los que han echado la cuenta y estudiado su árbol genealógico nos cuentan que si uno normalmente tiene dos padres (padre y madre entiéndase), cuatro abuelos, ocho bisabuelos y dieciséis tatarabuelos, este hombre hubiera tenido solo siete tatarabuelos, hizó que sufriera toda la vida de graves quiebras de salud además de ser infértil. Consiguió, sin embargo, reflotar una economía que sus antepasados y antecesores habían dejado para el arrastre. Para la historia quedarä como el Hechizado. Y nos dejó, eso sí, más que él su infertilidad, un conflicto que para nosotros, los españolitos, no iba traer ningún beneficio.
Con el final de la dinastía de los Austrias y del esplendor de España, un esplendor que los españolitos de a pìe nunca disfrutaron, dos potencias extranjeras se disputan la corona de España. Por un lado Francia y los Borbones, más o menos apoyados por la Corona de Castilla, y Austria y los Habsburgo. más o menos apoyados por la Corona de Aragón. Ganaron los franceses, el Imperio Español deja de serlo en Europa y el sol se pone en Flandes, desaparece la estructura que hoy llamaríamos confederal de varias coronas con un solo rey, Gibraltar y Menorca pasan a ser inglesas por el Tratado de Utrech, los catalanes, sin saberlo, inventan La Diada, y lo que es peor de todo:
¡¡¡¡¡¡Llegan los Borbones!!!!
De las tropelías que esta dinastía ha hecho con España se podría hacer una correlación cuasi interminable, por menos de la mitad en su país de origen acabaron mu malamente.
No solo sus desequilibrios mentales fueron una fuente de problemas
Carlos III ha tenido mejor prensa, intento una tímida modernización del Estado de escasas consecuencias, ha pasado a la historia como el mejor alcalde de Madrid (parece ser que el resto de España le importaba menos) y sobre todo dió nombre a un coñac (hoy diríamos brandy) del que un servidor, en sus malos y nada añorados tiempos, ha trasegado litros
Con Isabel II comienzan las guerras carlistas porque su tío Carlos María Isidro nunca la consideró legítima, el hecho de ser mujer le acarreó muy mala fama, sus devaneos, dicen, con diferentes amantes no se vieron con los mismos ojos que si se hubiera tratado de un hombre. No fue ni mucho menos de lo peor que hemos tenido, en las guerras carlistas apoyaron su causa las fuerzas mas progresistas mientras que al carlismo lo apoyó lo más reaccionario de la sociedad española: Dios, Patria, Fueros, Rey. Sin embargo fue la primera de los Borbones que tomó el camino de los vestuarios. Quede en su mérito que el organismo que consigue que los madrileños, directamente desde el grifo, tengamos la mejor agua del mundo lleva su nombre. El Canal de Isabel II ,CYII
La restauración nos trajo de vuelta al hijo de la anterior Alfonso XII
Su hijo póstumo
Ya en el exilio, y después de descartar a varios hijos por enfermedades de distinta índole, nombró sucesor, principe de Asturias decía él, a su hijo Juan de Borbón, que se pasó el pobre toda su vida haciéndose llamar Juan III, algo que solo hicieron un puñado de buenos amigos que se reunían con él en Estoril, y es que a la República la tumbó violentamente un general gallego, de voz atiplada y corta estatura que cada vez que le hablaban del tal Juan III se mondaba y se partía.
El general bajito la hizo la trece catorce al de Estoril con su hijo Juan [Carlos] primero le lió para que el mozo se trasladara a España a estudiar, y luego aquí lió al mozo en cuestión para regatear al padre, que se mosqueó con su hijo una jartá. Decidieron, o decidió el general bajito ¡vaya usted a saber!, que no podría llamarse Juan III porque al de Estoril le daba el parraque definitivo, ni Juan IV porque eso supondría dar carta de legitimidad al señor de Estoril, se trataría de una restauración, y lo que que quería el general bajito y su régimen era la Instauración de la monarquía del 18 de julio. Así que empezaron a popularizar el nombre de Juan Carlos con el que acabaría llegando al trono
De este no digo nada, primero porque me obligaron a prometerle lealtad, y además porque no quiero acabar en el maco o trullo.
Como son las cosas, empecé escribiendo de como una comedia, más bien drama, del siglo XVII trataba de bien al padre de los Trastámara y terminado con el último de los Borbones. Y es que el perspicaz lector, siempre tiendo a suponer que alguno habrá, se podra dar cuenta de que todo está ligado. La hija de Isabel de Trastámara apodada cariñosamente como Juana la Loca tiene hijos, por matrimonio, con Felipe de Austria, Felipe el Hermoso, tatarabuelo de Felipe IV que casa a su hija Maria Teresa Habsburgo (nacida de su unión con Isabel de Borbón) con Luis XIV de Borbón, rey de Francia, cuyo nieto, el duque de Anjou, devino en Felipe V primer rey de España de la casa de Borbón. Si utilizáramos términos taurinos, diríamos que va cambiando el nombre de la ganadería pero el encaste es el mismo.
Y termino con lo que me atribula, y es la reacción de mis compatriotas sobre los últimos acontecimientos que han protagonizado los actuales miembros del linaje. Parecen extrañarse de los desmanes que presuntamente, repito presuntamente, han cometido destacados, y destacadas , miembros de la familia del Rey, familia real, o ambas cosas porque a mi tan sutiles diferencias se me escapan. ¿Qué esperar de unos personajes que desde la cuna han mamado que son especiales? Incluso cuando, aparentemente, les ha ido mal, cuando han sido exiliados o expatriados han vivido a cuerpo de rey, y nunca mejor utilizada la expresión, bien porque tenían recursos propios obtenidos, Dios sabrá como, bien porque sus serviles cortesanos les han mantenido con largueza.
En cualquier caso les tengo que dar las gracias, están haciendo más por la causa republicana, que lo que hemos hecho los republicanos en cuarenta años de dar la matraca, no me queda otro remedio que gritar:
¡LARGA VIDA AL EMÉRITO!
¡LARGA VIDA A LAS INFANTAS DE ESPAÑA!
De vez en cuando siento la necesidad de retomar la ctividad de esta insignificante bitácora, que nació sin muchas pretensiones y ha cumplido con creces con tan escasas expectativas.
Cuando escribo aquí, realmente lo hago para contarme cosas a mi mismo, cosas que no siempre sé, o no siempre estoy seguro de saber, y que una vez pasadas por el tamiz del teclado puedo incorporar definitivamente a mi equipaje personal o puedo, también definitivamente, tirar a la basura. Parece como si ver tus pensamientos, creencias o saberes negro sobre blanco en una pantalla te diera seguridad sobre ellos tanto para asumirlos como para desecharlos. Pero cuidado, no quiero que se me malinterprete, que escriba, básicamente, para mi mismo, no quiere decir, ni mucho menos, que no me importe la gente que me lee, me importa y mucho, y me encantaría, a que negarlo, que fueran muchas las gentes que me leyeran. Si existe el ego, que parece ser un activo inmaterial, el mío, desde luego, no es pequeño.
Solo soy un escritor aficionado, carezco de técnica literaria, y en muchas ocasiones hasta yo mismo me doy cuenta. No me es infrecuente, y hoy aquí es el caso, el comenzar a escribir por mero placer de hacerlo, esperando que lo que escribo, por si mismo, vaya tomando carta de naturaleza, cogiendo cuerpo, objetivos y sentido. Como si un experimentado novelista se sentara delante del teclado de su ordenador, o de su máquina de escribir, bolígrafo, estilográfica o pluma de ganso si es refractario a las nuevas tecnologías, sin tener pensada ni la trama narrativa, ni los personajes principales ni, por supuesto, documentación alguna. A lo mejor, sin querer, ¡más quisiera yo! compararme con don Félix, esa fue la tesitura en que se encontró Lope de Vega cuando Violante le puso en el aprieto de hacer un soneto, y así empezó, burla burlando van los tres delante.
Después de haber escrito los dos primeros párrafos, descartando las primeras líneas que no eran más que una excusa para enfrentarme a la página en blanco, me voy a atrever a darle título a esta entrada El retorno eterno, retorno evidente porque vuelvo a esta bitácora después de haberla tenido abandonada largo tiempo y eterno no menos obvio porque este retorno lo repito, sin periodicidad alguna, una y otra vez, dando la sensación de que estoy siempre volviendo a algún lugar del que puede que nunca me haya ido. Y a medida que voy pulsando, con mis dos dedos, a veces cuatro, el teclado voy ganando la sensación de que me he puesto a escribir porque quiero contar algo. Normal. Natural. Quiere contar algo el novelista que imagina una historia, o el guionista de cine que la diseña en imágenes, el director que la ejecuta, incluso el productor que la hace posible. También quiere contar algo el pintor con su pincel, el escultor con su cincel y el músico con su instrumento. Y yo, que no soy novelista, ni guionista, ni director, ni productor, ni pintor, ni escultor, ni músico también quiero contar algo, y si sigo pulsando el teclado acabaré por saber lo que quiero contar, pero para esta tarea las prisas no son buenas. En general no son buenas las prisas, ya lo decía el grandísimo Paco Rabal por boca del torero Juncal :
"Las prisas para los delincuentes y los malos toreros"
Últimamente he pensado mucho en don Francisco Rabal, prácticamente todos los días porque prácticamente todos los días, debido a la disciplina que me he impuesto de caminar regularmente, he pasado, en ocasiones más de una vez, por delante de la casa, muy cerca de la mía, que compartió hasta su muerte con la también muy grande Asunción Balaguer, que ya hace más de un año que nos dejo. Cada vez que he pasado por la puerta de esa casa, en mi combate por bajar el exceso de glucosa en sangre que me regala mi condición de diabético tipo 2, no he podido evitar, ni he querido, recordar la última vez que hablé con Asunción, fue en el colegio electoral: "yo os he votado, como siempre". Y también he recordado lo bien que lo pasé siendo su chófer para llevarla, desde Alpedrete hasta San Fernando de Henares para una fiesta del PCE. No era Asunción, Jessica Tandy aunque ambas fueran actrices, y muy buenas, ni soy yo Morgan Freeman, fundamentalmente porque no soy un profesional del volante, pero aquel día bien podría haberse llamado Paseando a la señora Balaguer.
¿Que hubieran pensado Paco y Asunción del hecho de que dos militantes del PCE sean hoy ministros del Gobierno de España? y lo que es más importante ¿Qué pensamos los comunistas de hoy?
No hay cosa en los cuartetos que me espante cuando acabo de darme cuenta de que lo que me apetece hablar en este momento es del hecho de que dos militantes del Partido Comunista de España, Alberto Garzón y Yolanda Díaz forman parte de un gobierno de España algo que no ocurría desde que Jesús Hernández Tomás y Vicente Uribe Galdeano formaran parte de gobiernos de la II República durante la rebelión criminal fascista que terminó con la democracia en España. Claro que en circunstancias muy diferentes. Aquellos comunistas, entonces lo eran aunque uno de ellos, Jesús Hernández, acabó enfrentado al Partido alineándose con las posiciones del dirigente yugoslavo Josip Broz Tito y terminó publicando un curioso panfletillo Yo fui ministro de Stalin en el que responsabilizaba al Partido de las torturas, asesinato y desaparición del dirigente del POUM Andreu Nin, durante los enfrentamientos de 1937 entre al gobierno de la República y la CNT y el POUM, aquellos comunistas, retomo tras el inciso, formaron parte de gobiernos en circunstancias muy especiales, en medio de una guerra, mientras que los actuales forman parte de gobiernos en un momento de una relativa estabilidad institucional. Y eso marca diferencia, como también marca diferencia, puede que formal pero diferencia, que aquellos prometían ser leales a una bandera y un régimen distintos de los actuales. No sé que pasaría por la cabeza de los camaradas durante su toma de posesión como ministros delante de un Jefe del Estado no electo, que lo es por ser hijo de su padre, no primogénito pero si varón, aplicando un texto, La Constitución, aprobada hace 42 años, por los que hoy tienen más de sesenta. Yo, un humilde concejal de pueblo, soy muy cuidadoso a la hora de mi toma de posesión, prometiendo acatar la Constitución, es el texto vigente y no me queda otra, y por imperativo legal, y solo por imperativo legal, lealtad al rey, es un poco como cuando eramos chavales y prometiamos lo que fuere pero cruzando los dedos. Yo mis lealtades las tengo muy claras y a Don Felipe de Borbón y Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg-Beck (el apellido Grecia es el legal, indudablemente, pero artificial) no le debo absolutamente ninguna y sin desearle nada malo en el terreno personal, sin buscar su exilio ni sufrimiento, ni para él ni para su familia, intentaré por todos los medios legales a mi alcance que abandone su cargo. Con la, por todo el mundo alabada, excelente preparación que tiene no le será dificil encontrar un trabajo bien remunerado. Bien es cierto, no lo pongo en duda, que es más importante lo que se pueda hacer desde un cargo que la formalidad a la hora de aceptarlo, pero no puedo evitar la curiosidad por saber que pensarían los dos ministros comunistas cuando prometieron su cargo.
Desde luego la presencia de los dos camaradas en el gobierno no ha pasado inadvertida, y siendo solo dos, de veintidós, el gobierno ha pasado a ser denominado como socialcomunista, algo que puede que comenzara en el mejor programa de humor de la radio española Es la mañana de Federico (A Federico Jiménez Losantos le pasa lo que dicen que le pasó a Pedro Muñoz Seca con La venganza de Don Mendo que comenzó escribiéndola en serio y terminó siendo una genial comedia del absurdo) pero que ha terminado siendo de uso común en los medios conservadores.
El Consejo de Ministros es un órgano colegiado, todas las decisiones, independientemente de quien haya sido la iniciativa, son del órgano en sí mismo, da igual que sea la aprobación del aumento del salario mínimo ineterprofesional, la regulación del precio del alquiler o la aceptación de las limitaciones que impone Bruselas a la adopción de medidas de carácter social. Son todas decisiones del Consejo de Ministros de la que todos los ministros, sin excepción, son responsables.
La excepcionalidad de la situación generada por la COVID-19 impide, yo al menos no sé, hacer una evaluación exacta sobre si el gobierno presidido por Pedro Sánchez y en el que hay ministros del PSOE, la mayoría, ministros de PODEMOS, ministros independientes del entorno socialista, un ministro, creo que independiente, del entorno de PODEMOS y dos ministros comunistas están haciendo la la política progresista que necesitamos, pero me dan escalofrios de pensar que esta situación la vivieramos con un gobierno presidido por Pablo Casado con Inés Arrimadas de vicepresidenta y el apoyo exterior de Santiago Abascal.
No quiero pecar de pesismista, nunca lo he sido, pero he de ser honesto conmigo mismo y los que me leen o me conocen saben hasta no hace mucho he sido partidario de que IU participara, allí donde pudiera, en gobiernos de coalición. Incluso cuando IU-Convocatoria por Andalucia participó en el gobierno de José Antonio Griñán, fui de los partidarios pese a las reticencias de muchos compañeros. Sin embargo, la experiencia sirve, o debe servir, para algo. Allí donde hemos gobernado en coalición ha sido el PSOE quien ha capitalizado los éxitos y eso ya me pone en guardia, pero lo que definitivamente me ha alertado ha venido de fuera. La experiencia de Syriza en Grecia ha generado tanta desilusión que hace que vea con recelo nuestra minoritaria participación en el gobierno.
Pero no nos preocupemos, este aspirante a aprendiz de bolchevique suele equivocarse con frecuencia.
Contad si son catorce y esta hecho.
Acabo de cumplir sesenta y cinco años, una edad en la que muchos están jubilados o retirados, y he dicho muchos, utilizando el masculino plural, porque mi madre me demostró, una y mil veces, que las mujeres, desde luego las de su generación, no se jubilaban jamás y que su trabajo casi siempre penoso y abnegado y casi nunca reconocido era el mismo con setenta años que con treinta con el agravante de que a partir de un determinado momento su compañero de vida, él sí, se habia jubilado y en muchas ocasiones se convertía en un ser molesto, casi un bulto sospechoso, que no sólo era incapaz de aportar nada positivo, sino que además se permitía el lujo de emitir opiniones, que iban desde la limpieza hasta la compra o la cocina, sobre cuestiones de las que carecían el mínimo conocimiento, falta de conocimiento, además, que nunca reconocían.
A mis sesenta y cinco años recien cumplidos, yo he decidido ni jubilarme, ni retirarme de ningún aspecto de mi vida. Ni en el terreno laboral, algo que me ha agradecido expresamente la Seguridad Social, ni en el político, en el que sigo creyendo poder aportar algo, a pesar de que mi experiencia dicta, de forma inexorable, que mis oponiones y análisis, pueden ser, a veces, aplaudidos y ensalzados pero casi nunca, o nunca, tenidos en cuenta, valga el refranero español: Cuanto te quiero perrito, pero pan poquito
Puede que a veces sienta una cierta soledad emocional, pero esa es otra cuestión.
Pequeña introducción histórica
Pertenezco a una generación que se vió obligada a implicarse en política de una forma excesivamente prematura, en muchos casos, el mío puede que fuera uno, el pertenecer a una familia formada por perdedores de una guerra marcaba una determinada pertenencia ideológica, pero además yo fuí un hijo de los que entonces llamaban tardanos, cuando yo llegué a la calle Canarias 24, 6ºB de Madrid, mi padre iba camino de los cuarenta y siete años y mi madre de los cuarenta, y había ya dos ocupantes, uno camino de los dieciocho y otra de los dieciséis. Aunque delante de mí, por aquello de que había ropa tendida y podía decir algo comprometedor fuera de casa, nunca se hablaba de política ni de religíón era inevitable que me fuera percatando de ciertas cosas. Primero pasé por una fuerte crisis religiosa, en mi colegio (aunque era un colegio laico la enseñanza de la religión católica era asignatura obligatoria) el cura, Don Emiliano, nos hablaba del inexorable destino infernal que esperaba a aquellos que no cumplían los preceptos de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, mientras que ni mis padres ni mis hermanos iban jamás a misa, algo contradictorio con el hecho de que llegado el momento hice mi Primera Comunión
A mi padre le acabé transmitiendo la angustia que me producía su infernal destino, y en una conversación, típica de su carácter castellano, seria y al grano, me resolvió todas las dudas:
-Mira hijo, todo lo que cuenta el cura es mentira, ni existe dios, ni hay infierno ni nada de eso, pero tú tienes que hacer como que lo crees, te lo estudias bien y saca buena nota que hace falta para que te sigan dando la beca.
Mes a mes, año a año, saque invariablemente en Religión un rotundo 10 (hoy sería matrícula de honor). Tenía yo trece años, más o menos, y aquello, además de alejarme para siempre de cualquier preocupación religiosa, me abrió un mundo nuevo. Si me mentían en eso ¿Me mentirían también en historia, literatura o F.E.N.?, puesto que en matemáticas, física, lengua o geografía se me antojaba imposible. Al cabo de los años, y me ha costado reconocerlo, he comprendido que a mí lo que más me gusta del mundo es estudiar y aprender, independientemente de la utilidad de lo estudiado y aprendido, y también hay que decir que una de las cosas que menos me ha gustado en mi vida ha sido tener que examinarme de lo aprendido, y aún hoy no les concedo ninguna legitimidad a los tribunales o profesores que han juzgado mis conocimientos, pero en esto hay un indudable componente de orgullo personal, me cuesta mucho reconocer a alguien con capacidad para evaluar mis conocimientos, sin embargo a aquellos que han podido demostrar tener autoridad intelectual sobre mí les he guardado siempre un enorme respeto, consideración y afecto. Se dió así la tormenta perfecta, por un lado descubrí que la enseñanza oficial mentía en muchos aspectos y por otro sentía la necesidad íntima de acercarme a la verdad. El triángulo lo completó un encargado, "jefe" ,se les llamaba entonces, del local social de los chavales de mi época, los billares, este hombre debía tener un sexto sentido para identificarme como uno de los suyos, y comenzó ha suministrarme ejemplares de Mundo Obrero, y Nuestra Bandera , para luego irme prestando El Manifiesto Comunista, Revolución en España, El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, La familia, la propiedad privada y el estado, y otras de Marx y Engels incluso una edición resumida y explicada de El Capital sin olvidar a Lenin ¿Qué hacer? El estado y la revolución, Materialismo y Empiriocriticismo, etc y sobre todo una novela que me impactó como nada Asi se templo el acero.
Cuando nació mi hijo no tuve el valor de proponerle a su madre llamarle Pável, en memoria de su protagonista Pavel Korchaguin. Con esa novela nació mi eterna admiración por la Unión Soviética y lo que simbolizaba. Y todo ello leído en mi casa clandestinamente, mi padre, y le había costado, tenía estabilidad laboral, y mi madre ya no quería más disgustos, de manera que el No te signifiques, no te metas en líos, que tanto repite la abuela de los Alcántara, en mi casa era moneda corriente.
No tardé demasiado en irme, a través de ese buen hombre, que creo recordar que se llamaba Valentín, vinculando a la Juventud Comunista, y en seguida viví mi primera crisis política. Mi célula llevaba el nombre de Trifón Medrano, en memoria del que fue, en 1932, elegido secretario general de la UJCE en el II Congreso de la misma, y artífice junto a Fernando Claudín y Jesús Rozado por parte de la UJCE y Santiago Carrillo, José Laín y Segundo Serrano, por parte de las JJSS de al creación de la Juventud Socialista Unificada , anunciada oficialmente en un mitin en Las Ventas el 5 de abril de 1936, acto en el que participaron Francisco Largo Caballero y José Díaz y en el que Carrillo anunció la próxima unificación del PCE y el PSOE, algo que finalmente solo se produjo en Cataluña con la creación del PSUC. Bien, pues en mi célula de la Juve apareció un día en una reunión un camarada que el responsable político de la célula presentó, con el nombre de Pedro, evidente nombre falso, que nos comunicó y creo poder recordarlo textualmente: Santiago Carrillo y su camarilla dirigente habían traicionado la política del Partido alineándose con los enemigos de la Unión Soviética. Creo que eramos siete los que formábamos aquella célula y los siete nos quedamos petrificados. En efecto, esto creo recordar que fue en 1972, cuatro años antes las tropas del Pacto de Varsovia habían entrado en Praga con el objetivo de abortar lo que los medios de comunicación burgueses dieron en llamar Primavera de Praga, y no es este el momento en el que me ponga a dar mi opinión actual de lo que significó aquello. El camarada nos informó que Santiago Carrillo, sin reunir al Comité Central, ni siquiera al pleno del Buró Político, había condenado esa actuación y que desde entonces una parte de la dirección del partido siendo el miembro más destacado del Secretariado, el de organización Eduardo García habían reclamado la celebración del VIII Congreso, y ante la negativa habían decidido celebrarlo, y posteriormente el IX, siendo elegido el propio Eduardo García Primer Secretario del Comité Central. Inicialmente se sumó a este movimiento Enrique Líster, pero pronto siguió su propio camino resucitando uno de los nombres fundacionales del Partido, el Partido Comunista Obrero Español (PCOE). En medio de ese maremagnum mi célula Trifón Medrano de la Juventud Comunista decidió sumarse a aquellos que consideraban La posición de solidaridad con la Unión Soviética como piedra de toque del internacionalismo proletario. En todo este proceso tuvo una influencia determinante que José García Centeno, mi querido, admirado, y siempre en el recuerdo, hermano Pepe estuviera en esas mismas posiciones. Mi hermano ha sido determinante en mi vida, y si algo exhibo con orgullo es el poder decir que soy el hermano pequeño de Pepe Centeno.
Aquellos que nos alineamos con aquella posición inequívocamente prosoviética insistimos durante algún tiempo en que nosotros, puede que unos pocos miles y muchos de ellos en el exilio, eramos el PCE, mientras que la mayoría de los militantes, muchos de ellos ajenos al fondo del debate, eran para nosotros la Agrupación Carrillista, revisionismo en estado puro. Editábamos Mundo Obrero con la mancheta en rojo, recuperando el diseño vigente durante la guerra
La realidad es tozuda y por más que fueramos nosotros, los comunistas que habíamos celebrado los congresos VIII y IX, los que mejor representabamos la tradición y política del PCE, nuestra debilidad numérica y el hecho de que la propia Unión Soviética reconocía como único interlocutor de los comunistas españoles a Santiago Carrillo nos llevó a asumir que teníamos que distinguirnos de alguna forma y así pasamos a ser el PCE (VIII-IX)
Númericamente siempre fuimos débiles en el interior, si bien nuestras organizaciones del exterior tenían cierta fortaleza e influencia. Fue una época complicada y difícil, a nuestra lucha principal, la lucha contra el franquismo, teníamos que añadir la defensa de la Unión Soviética, una Unión Soviética que dentro del propio espacio comunista español era considerada por unos, los trotskistas de la IV Internacional, un estado burocratizado que había pervertido los objetivos de la Gran Revolución Socialista de Octubre y para otros, los seguidores de Mao-Tse-Tung (así lo escribíamos entonces) un estado imperialista, o socialimperialista que además había traicionado el legado de Stalin. Esa época complicada y difícil fue, probablemente, a nivel personal una de las más enriquecedoras de mi vida y me forjó lo que hoy podríamos definir asertivismo militante. Aprendí de forma firme a defender mis posiciones de manera educada y respetuosa y siempre, mis camaradas y yo mismo, las defendimos hasta sus últimas consecuencias. Más allá de esa etiqueta prosoviética, que era en gran medida más identificativa que otra cosa nuestra principal propuesta estratégica consistía en apostar por unir el final del franquismo, fuera el final que fuera, con un avance en el terreno político hacia el socialismo. Es decir todo lo contrario de lo que a la postre fue la bendita y modélica Transición. En ese contexto la aparición en el tardofranquismo de superestructuras como la Junta Democrática (impulsada por el PCE de Carrillo junto a sectores de la derecha monárquica no franquista cercanos a Juan de Borbón, representados básicamente por Rafael Calvo Serer , José Luis de Vilallonga y otros que ahora no recuerdo) y la Plataforma de Convergencia Democrática (impulsada por un PSOE renacido, artificialmente resucitado con fondos financieros inagotables, procedentes de diversos organismos internacionales interesados en disminuir el protagonismo de los comunistas, desparecido durante cuarenta años en el interior de España) fue considerada por nosotros, los del VIII y IX, como elementos necesarios para que el sistema de capitalismo monopolista de estado se perpetuara después del dictador. Eso lo pensaba en 1974, y lo sigo pensando hoy. Fuimos, desde nuestra debilidad numérica y fortaleza de principios, de las pocas, puede que la única, formaciones políticas que consideramos la ley de amnistía, que efectivamente sacó de las cárceles a muchos demócratas, una salida legal que permitía irse de rositas a los que durante años nos habían perseguido, torturado y asesinado. Años después aprendí que era una Ley de Punto Final.
Después de las elecciones de 1977, en las que oficialmente, pedimos la abstención fueron siendo legalizados la práctica totalidad de los partidos que se tuvieron presentar a las elecciones con diversas etiquetas FUT, FDE, CUP, etc puesto que en el sacrosanto e idolatrado Sábado Santo de 1977 solo fue legalizado el PCE oficial y con unos estatutos inventados, sin embargo al PCE (VIII-IX) se le denegó la inscripción, solicitada con los estatutos reales, en el registro de partidos políticos.
La siguiente crisis, casi se podía considerar una crisis de crecimiento. Dentro del propio PCE oficial se había ido articulando una oposición de izquierda (OPI) que acabó constituyéndose, una vez que fueron siendo expulsados todos los componentes, como Partido Comunista de los Trabajadores (PCT), dirigido por Carlos Tuya
Tras la catástrofe electoral del PCE oficial en 1982, la dimisión de Santiago Carrillo y el carácter casi extraparlamentario de los comunistas, tras una estrategia suicida, el eurocomunismo, que no era otra cosa en el fondo, que la aceptación de la democracia burguesa y el sistema capitalista como único escenario posible para arrancar avances para la clase trabajadora se entró en un periodo de turbulencia que culmina con la expulsión del mismísimo Carrillo del PCE, que termina fundando un efímero partido El Partido de los Trabajadores de España-Unidad Comunista
que terminaría, a excepción del propio Carrillo integrándose en el PSOE. La inmensa mayoría de los partidos y movimientos que habían ido desgajándose del PCE por su oposición, desde diferentes posiciones y en diferentes momentos, a la estrategia eurocomunista decidieron tras el proceso de ruptura del PSUC que dió lugar al Partit dels Comunistes de Catalunya liderado por Pere Ardiaca e impulsado por éste, aunque fuera Ignacio Gallego quien pilotara el proceso, confluir en un único partido el PC.
La gran mayoría del PCPE, tras la fundación de Izquierda Unida, terminó por reintegrarse en el PCE.
En todos y cada uno de estos procesos, desde el inicio con el PCE (VIII-IX) hasta el PCPE, he participado, creo tener una cierta experiencia en lo que suponen unificaciones, escisiones, rupturas y desapariciones
Fin de la Pequeña introducción histórica
Izquierda Unida nació como una coalición electoral en 1986
Desde entonces ha pasado por sucesivas crisis.Dejó de ser una coalición electoral con aceptables resultados en las urnas, aunque lejos de los mejores del PCE, para convertirse en un movimiento político y social, algo que en la práctica nunca ha sucedido, sino que, en mi personal análisis, lo que sí ha sucedido es que ha acabado convirtiéndose en un partido político más, con una particularidad: Es un partido político, con otros partidos dentro, si bien es el PCE, sobre todo tras la integración en él del PCPE, el amplísimamente mayoritario.
Yo, personalmente, cuando nació IU no me incorporé de inmediato, aunque voté a la coalición, y además abandoné mi militancia en el PCPE un tanto atribulado por como se había llevado a cabo el "reingreso" en el PCE. De hecho la dirección de Madrid del PCPE, elegida en un divido proceso, creo que el nombre oficial era I Conferencia de Madrid del PC., celebrada en el edificio que el Partido había comprado como sede en la calle Saturnino Calleja, con José Antonio Moral Santín como secretario general y Ángel Pérez, como secretario de organización, se había opuesto a la incorporación a IU con el argumento de que se excluía al PTE-UC de Santiago Carrillo. Sin embargo, una vez electo diputado Ignacio Gallego la integración en el PCE fue casi inmediata. Todo aquello no me gustó, y por primera vez en mi vida, con los treinta años cumplidos, y desde los dieciséis dando guerra, me convertí en un sinpartido, para mí, un drama. No me duró demasiado la estancia en el banquillo, y aprovechando la entrada de IU, de lo que entonces era Izquierda Alternativa y acabó siendo Espacio Alternativo, me incorporé a Izquierda Unida con los miembros de la IV Internacional, después del fracaso de la unificación LCR-MC. Tuvieron mucho que ver mis afectos personales en aquella decisión tan extraña, de que alguien como yo, que nunca he ocultado mi condición de orgulloso heredero político de la III Internacional, Komintern, entrara en IU con los camaradas de la Cuarta. Y también tuvo mucho peso el trabajo en la Comisión AntiOtan. Solo años después, instalado ya en Alpedrete, volví a militar en el PCE, y digo mal volví, realmente empecé, puesto que nunca había estado vinculado al PCE oficial. Nunca he mezclado ni con el eurocomunismo, ni con ninguna de las variantes revisionistas socialdemócratas, y me he cruzado muchas veces con ellas.
Contra lo que podría esperarse el PCE no actuó como organización mayoritaria dentro de IU, sino que más bien ocurrió lo contrario de manera que cada crisis por la que pasaba IU, coincidiendo siempre, o casi siempre, con unos pobres resultados electorales, se trasladaba inmediatamente al PCE, que retroalimentaba sus propias crisis.
Han sido muchas las veces en las que IU ha estado en grave riesgo de desaparición. Y la federación de Madrid ha sido epicentro de todas ellas, al menos de las más importantes. La última, ¿o deberíamos decir penúltima, como cuando alternamos en la barra del bar? tuvo como consecuencia la desfederación de IUCM como organización referente de Izquierda Unida en Madrid. Pero las ha habido de muchos colores, ¿Nos acordamos de Diego López Garrido y su Nueva izquierda terminando en el PSOE? Nunca pondré en duda la honestidad de Gaspar Llamazares pero en su gestión como coordinador federal estuvimos a punto de quedar reducidos a la nada, y no solo electoralmente, sino como sujeto político activo con capacidad de influencia. Y siempre buscando refundarnos con la aspiración de ampliar nuestro espacio de influencia, nuestra capacidad para poder mejorar las cosas. Con la llegada de Cayo Lara pareció que la organización reverdecía recuperamos el grupo parlamentario, aunque con el nombre de Izquierda Plural para incluir a los diputados que no eran estrictamente de IU. Las expectativas electorales, a tenor de las encuestas, parecían ser positivas. Sin que fuera un paraiso orgánico, ninguna organización de izquierda lo es, parecíamos ir avanzando y entonces estalló el 15M
No es muy elegante el autocitarse, pero a veces, sobre todo cuando es algo escrito hace algun tiempo no está de más hacerlo. En una entrada de septiembre de 2018 que se titulaba ¿Qué hacer? yo escribía :
Lo ocurrido con el movimiento 15M puede servirnos de ejemplo, la
incapacidad de las organizaciones de las que tengo carnet, CCOO, IU y
PCE, de hegemonizar ese movimiento, en gran medida espontáneo, produjo, y
aquí quizás fuera conveniente darle un repasillo a Gramsci y echarle un vistazo a la "Carta al Comité Central del Partido Comunista Soviético" , sobre un intelectual colectivo que devino orgánico y que básicamente identificaríamos con PODEMOS.
En los capítulos II (La espontaneidad de las masas y la conciencia de la
socialdemocracia) y III (Política tradeunionista y Política
socialdemócrata) se plantea el problema de la contraposición que puede
producirse entre la política sindicalista y la política socialista, o lo
que es lo mismo entre la política reformista y la revolucionaria, en
definitiva entre la espontaneidad y la conciencia. Y aquí me voy a
detener en un párrafo que reproduzco literal:
Todo lo que sea prosternarse ante el movimiento obrero
espontáneo, todo lo que sea rebajar la importancia del "elemento
consciente" la importancia de la socialdemocracia,
equivale-independientemente de la voluntad de quien lo hace- a
fortalecer la influencia de la ideología burguesa sobre los obreros.
Y en la siguiente entrada de octubre del mismo año ¿Como hacerlo?
....
"hubiera sido relativamente sencillo adjudicar a PODEMOS el papel de mencheviques del siglo XXI ,
de hecho lo son aunque muchos no lo sepan, y poner en primer plano la
lucha ideológica con ellos, de hecho por muchos chistes y chascarrillos
que hagamos, y yo soy el primero que los hago, con el telón de fondo de
la Vida de Brian y las diferencias entre el Frente Judaico de
Liberación y el Frente de Liberación Judaico, lo cierto es que la
fortaleza del partido bolchevique se alcanza gracias, aunque puede que
solo en parte, a la confrontación ideológica no sólo con mencheviques, sino también con socialrrevolucionarios (eseristas) y kadetes (liberales)
entre otros. Pero aún siendo intelectualmente honesto es claramente
insuficiente. Ciertamente PODEMOS responde, a casi todas las
características, a todas sería para nota, de un partido reformista de
extracción pequeño-burguesa, a pesar, o más bien por mor, de un lenguaje
radicalizado, cada vez más matizado por cierto, de tras del cual lo que
hay son propuestas tendentes a mejorar las condiciones de vida de los de abajo, a "democratizar" o "humanizar" el sistema, pero no a destruirlo o superarlo."
Si mis amables lectores, suponiendo que haya alguno, enlazaran con las entradas que me he autocitado, podrán apreciar claramente que desde mi humildísimo punto de vista intentar construir un espacio político estable, no solo una coalición electoral, con PODEMOS es tan complicado como obviar el primer principio de la termodinámica.
Estoy convencido de que la inmensa mayoría de los militantes, inscritos y simpatizantes de PODEMOS y su entorno, son gente honesta, desde luego no menos honesta que yo, pero venimos de culturas políticas absolutamente diferentes.
Los que procedemos, y todavía, en mi caso, seguimos en la militancia comunista, rechazamos de plano el asamblearismo como método de trabajo. Que nuestras organizaciones de base se llamen asamblea de tal o cual pueblo, barrio o distrito son casi un brindis al sol y pretenden, básicamente, marcar el carácter absolutamente democrático que tienen las tomas de decisiones de la organización de base. Las decisiones han de tomarlas los afiliados al corriente de pago , lo cual no impide que a las reuniones puedan asistir simpatizantes con algún tipo de compromiso con la organización y si en algún momento hemos abierto la votación a simpatizantes, casi siempre a la hora de elegir cantidatos electorales (así elegimos como candidata a presidir la Comunidad de Madrid a Tania Sánchez Melero con el brillante resultado por todos conocido). Además la toma de decisiones, con su correspondiente votación debe hacerse tras un debate ordenado, que aclare las diferentes posibles posiciones, y ese tipo de debate es casi imposible llevarlo a cabo en una asamblea multitudinaria en una plaza pública. Es más, los que hemos participado en asambleas en el ámbito universitario, conocemos mil y un métodos de manipular el sentido de las mismas. Y desde luego el método de voto telemático es ajeno a nuestra cultura política justamente con el argumento ya expuesto. Nadie que no haya participado en un debate, debe votar. Yo no he votado nunca ni lo haré, en condiciones normales, a en las consultas propuestas desde la dirección federal, es más, lo considero un método antidemocrático y caudillista. Que la situación derivada de la COVID-19 nos haya llevado a procesos congresuales telemáticos hemos de considerarlo una excepción.
PODEMOS, no me importa volver a repetirlo, es un sujeto político procedente del 15M, que asume su metodología, que es tan bonita y televisiva, como políticamente inoperante. Que los inscritos (vinculación no demasiado definida con la organización) de PODEMOS hayan opinado sobre donde viven, o quieren vivir, sus principales dirigentes es una absoluta prueba de caudillismo.
Ejemplificando:
Ahora mismo IU está en el proceso que culminará en la XII Asamblea Federal de IU.
Para la Asamblea Federal hay presentados dos documentos, uno presentado por la dirección actual Avanzando hacia le república, Una IU para un nuevo país y otro alternativo La Izquierda necesaria
Ambos documentos se han debatido en las organizaciones de base de pueblo o distrito, en mi caso en IU Alpedrete, cada organización de base, tras el correspondiente debate, ha decido apoyar uno de los dos documentos, o no apoyar a ninguno, en el mismo momento cada organización de base elige su representación en la fase regional de cada Comunidad, en el caso de Alpedrete, la Fase Regional de IU Madrid.
En esa fase regional, los delegados electos por cada organización de base, en la que han expuesto sus planteamientos, eligen, tras una defensa de cada uno de ellos por parte de sus promotores, uno de los dos documentos y sobre ellos un debate sobre las enmiendas presentadas al documento elegido. Algunas seran asumidas, es decir aceptadas por los promotores del documento a debate, otras serán transaccionadas, es decir los promotores del documento proponen una síntesis al enmendante, que este puede aceptar o no, si la acepta no hay votación, y por último las rechazadas, que tras la correspondiente defensa son votadas. En esa misma fase regional se elegirá la delegación, en el caso de Madrid 44 compañeros, que asistirán a la Asamblea Federal propiamente dicha.
Los delegados a la Asamblea Federal, seguirán un proceso análogo a los regionales, Elección de un documento de entre los dos, debate y aprobación o rechazo de las enmiendas presentadas por cada fase regional, y por último, elección entre las diversas listas presentadas, que habrán de ir avaladas por un determinado número de delegados, de la dirección federal. En estos momentos todo apunta a que habrá dos listas, la encabezada por Alberto Garzón y la encabezada por José Antonio García Rubio.
Este método, es absolutamente dinámico, democrático y garante de que son debatidas y escuchadas las posiciones, cada una en su lugar, del cien por cien de los militantes de Izquierda Unida. Eso sí, es laborioso y muy poco vistoso, televisivamente hablando.
Ni remotamente parecido a los procesos, sin duda vistosos y televisivos, que han dado lugar a los sucesivos Vista Alegres. Dicen que Luis Aragonés, el sabio de Hortaleza, cuando le presentaron un jugador, que no voy a citar, con grandes habilidades técnicas y de dominio de balón dijo de él: Más bonito que bueno.
Conclusiones
He hecho un largo camino, remontándome hasta mi infancia para llegar hasta aquí. He pretendido dejar claro, y espero haberlo conseguido, que las conclusiones que extraigo no son el producto de un momento determinado sino el fruto de muchos años de militancia y experiencia.
- No está claro, para mí desde luego no lo está, que la confluencia electoral Unidas Podemos esté siendo beneficiosa para el mantenimiento de Izquierda Unida como sujeto político activo. No tenemos más presencia parlamentaria que la que tuvimos cuando Unidad Popular con Alberto Garzón encabezando la lista. En los medios, es decir en la opinión publicada con indudable proyección en la opinión pública, aparecemos como indistiguibles de PODEMOS, nuestros parlamentarios son mostrados como de PODEMOS, nuestra presencia en el gobierno se reduce a la del ministro de consumo, puesto que la ministra de trabajo, por cierto la mejor valorada del gobierno, Yolanda Díaz se declara como no militante de IU, aunque sí del PCE. A los militantes del día día, los que no aparecemos en los medios, nos es desagradable, incluso doloroso tener que responder en numerosas ocasiones a la pregunta ¿Pero IU sigue existiendo?.
- Tampoco está claro desde el punto de vista electoral haya rentabilidad en la coalición. Hay no pocos electores tradicionales nuestros, incluso históricos votantes comunistas, que no votan una lista, en el caso de Madrid, encabezada por Pablo Iglesias con nuestro primer candidato en el quinto lugar. A mí mismo, el actual vicepresidente segundo del gobierno, no me causa ninguna simpatía, más bien me considero antipatizante de su persona, y solo la disciplina me marcó el sentido del voto. Por otra parte hay no pocos votantes de PODEMOS, que en su día lo fueron del PSOE, con un alto componente, digámoslo claro, anticomunista que no ven con agrado nuestra presencia, y que paulatinamente van regresando al PSOE.
- La experiencia de las elecciones a la Comunidad de Madrid ha sido muy negativa, prácticamente un trágala que no nos podemos permitir.
- De forma consciente y voluntaria no he hecho referencia a la situación económica de IU que aparece en el Informe de Gestión . Si tal y como aparece en el informe la situación económica ha mejorado, dentro de la ruina que sufrimos, gracias a ir coaligados, dígase claramente: Vamos en coalición porque sino estamos abocados a la desaparición por deudas.
-Si tengo dudas sobre ir en coalición, sobre construir un nuevo espacio político, superador de IU, desde el espacio Unidas Podemos, no tengo ninguna, es imposible.
- Creo, y lo creo para ambas organizaciones, que es bueno que vayamos por separado a los procesos electorales. No hago ningún ejercicio de hipocresía cuando afirmo que me encantaría que PODEMOS se refuerce electoralmente porque son votos que arranca a un proyecto, el PSOE, que hace mucho que dejó de ser socialdemócrata, para ser un espacio simplemente progresista. PODEMOS debe aspirar a ocupar ese espacio que cree que con la democracia burguesa y en el marco del sistema capitalista con la fuerza de los votos se pueden producir cambios de calado,
-La Izquierda que aspira a ser una izquierda radicalmente transformadora no puede, ni debe, basar su estrategia política en los resultados electorales, sin que sea yo quien niegue la importancia de tener una presencia, cuanto mayor mejor, en los ámbitos institucionales, parlamento, parlamentos regionales, diputaciones y ayuntamientos, pero ¿para qué?
No me queda otro remedio que hacer un pequeño flashback y recordar cuando en pleno franquismo los comunistas decidieron participar en las elecciones sindicales en el sindicato oficial, el verticato, y no precisamente para fortalecerlo, sino, por un lado, para debilitar su estructura y, por otro, para aprovechar sus medios. Salvando las distancias, que las hay, esa debería ser, a mi juicio, nuestra estrategia en las instituciones, aprovecharlas como altavoz, utilizar sus recursos, incluidos, por supuesto, los económicos y al mismo tiempo debilitarlas.
-Lo hemos dicho, una y mil veces, pero no importa repetirlo, nuestra misión, nuestra principal tarea, como izquierda revolucionaria, es conseguir transformar el conflicto social, el que sea, una huelga, un desahucio, una reivindicación vecinal, etc. en un conflicto político, capaz de ir generando conciencia política para transformar las condiciones objetivas en subjetivas, y esas condiciones serán las que nos permitan comenzar un proceso revolucionario, no necesariamente violento ni incendiario, para comenzar a construir una sociedad socialista. Y en esa tarea, la izquierda revolucionaria está, estamos, fracasando de forma notoria.
-En mi análisis, no cabe, por imposible, la generación de un espacio superador desde lo que hoy es Unidas Podemos, ni siquiera la fórmula de coalición me parece óptima, al menos en las actuales condiciones de evidente subsidariedad en las que participamos, pero ello no significa que renunciemos a colaborar y a hacerlo con honestidad, con todos aquellos compañeros de PODEMOS o de cualquier otra formación política o social con los que mantenemos coincidencias e intereses, todo lo contrario, ese tipo de colaboración debemos fortalecerlo.
Final
A lo largo de mi vida si bien he sido muy activo políticamente, nunca, o casi nunca, he ocupado puestos de gran responsabilidad, más allá de ser concejal en mi pueblo o haber sido miembro de la dirección del PCE en Madrid. Mi vida profesional ha sido mi sustento económico, y también una gran satisfacción personal. No quiero, consciente de que son muy necesarios, criticar a aquellos compañeros y camaradas que dedican todo su tiempo a la acción política, pero mi situación me permite exponer mis posiciones sin ninguna cortapisa.
Y así lo he hecho.
Dice el, a veces, sabio refranero español que soplar y sorber no puede ser. Los ingleses que, parece ser, son más golosos que nosotros para reflejar, aproximadamente, lo mismo dicen: You can't have your cake and eat it.
Puede que aquellos que siguen lo que yo escribo, y nunca estaré ni suficientemente agradecido ni asombrado de su misma existencia, se pregunten porque comienzo esta entrada haciendo mención a la imposibilidad de hacer dos cosas contradictorias al mismo tiempo, y es que en efecto no podemos comernos la sopa hirviendo al mismo tiempo que soplamos para enfriarla ni podemos conservar un pastel si nos lo comemos. En lingüistica una figura gramatical de estas características recibe el nombre de oxímoron y suele usarse en lenguaje poético silencio clamoroso, frio ardiente, etc.
En la vida cotidiana hay muchos ejemplos de cosas contradictiorias, uno no puede ser, por ejemplo, cristiano y ateo, al mismo tiempo o, sin llegar a tanta trascendencia, ¿un forofo del Atleti puede serlo a la vez del Madrid o viceversa? imposible, fundamentalmente por cuestiones emocionales pero también porque compiten entre ellos.
Si nos trasladásemos a la política no nos parecería razonable que alguien afiliado al PP estuviera afiliado a su vez a Ciudadanos, aunque sus propuestas sean casi idénticas, más que nada porque llegadas las elecciones tendrían que competir, y de hecho, la mayoría de los partidos contemplan en sus estatutos como motivo de expulsión la pertenencia otro Partido. Un caso peculiar es el de Izquierda Unida, que aunque es un movimiento político social en el que conviven diversos partidos, junto con otras organizaciones y colectivos, está inscrita en el registro de Partidos Políticos, condición sine qua non para poder presentarse a las elecciones. Los Partidos que están dentro de IU, yo mismo soy militante del PCE, han renunciado, expresamente, a la acción electoral, y en el momento que recuperasen su papel electoral quedarían, automáticamente, fuera de IU. Recientemente hemos vivido un caso curioso, el de Mas Madrid, al mismo tiempo que su fundador, que también lo fue de PODEMOS, anunciaba el feliz acontecimiento, manifestaba, argumentando su papel fundacional, su permanente permanencia a PODEMOS, "lo llevo en la sangre" manifestaba muy gráficamente, sin embrago a la Comunidad de Madrid se va a presentar una lista de PODEMOS, pactada con IU y otras organizaciones y movimientos. ¿Es esto sorber y soplar? ¿Es que querer guardar el pastel y comérselo al mismo tiempo?
Y ahora vamos al grano.
Nos llegan noticias de que la aparición del logotipo PODEMOS en la papeleta de la Coalición Unidas Izquierda Unida /RPS ha sentado muy mal en lo que fue la agrupación de electores Alpedrete Puede, entonces auspiciado por PODEMOS, convertida hoy, creo, en partido político fuera de la estructura orgánica de PODEMOS.
¿Porqué?
Si Alpedrete Puede es una estructura distinta de PODEMOS, ¿Porqué le molesta que PODEMOS, que SI ha firmado un acuerdo marco con Izquierda Unida al que se suma la Federación de Republicanos (RPS) en el ámbito de Alpedrete aparezca en su logo? Si hay, y parece ser que los hay, inscritos, figura que reconozco no saber que obligaciones exactas conlleva, en PODEMOS que a su vez se han afiliado a Alpedrete Puede, francamente están "soplando y sorbiendo" "comiéndose el pastel y guardándolo". A no ser que alguien hubiera diseñado una campaña basada en recoger un posible voto a PODEMOS, sin explicar, y yo no soy quien para hacerlo, el porqué ya no se está en PODEMOS, sería propio de la vieja política, no lo creo.
Por otra parte, nuestra intención no es competir con Alpedrete Puede, nos unen muchísimas más cosas de las que nos separan y más temprano o más tarde tendremos que entendernos, aunque vayamos en distintas listas a las elecciones municipales. Yo tengo muy claro que en las elecciones generales votare la lista de Unidas Podemos en la que figura mi camarada Enrique Santiago y que encabeza Pablo Iglesias, como en las autonómicas a la lista de Sol Sánchez y Fernando Jiménez que encabeza Isabel Serra, en las europeas a la lista de Sira Rego, y si viviera en Madrid ciudad, no dudaría en votar la lista de Carlos Sánchez Mato.
Y termino repitiendo algo que, creo que expliqué ayer, desde que decidimos reanudar la actividad política en Alpedrete hemos buscado a PODEMOS en Alpedrete para negociar con ellos un espacio de convergencia, y aunque parezca raro no lo hemos encontrado, solo encontrábamos a Alpedrete Puede, y con ellos lo intentamos, con el resultado conocido. Y en ese proceso yo no participé, consciente de que mi persona podía entorpecer el proceso, consciente, y no sé porqué y sinceramente lo siento, que a alguno sectores de Alpedrete Puede les caigo muy mal, alguno llegó a decir Con esa gente (sic) yo no voy a ninguna parte.
Y termino reiterando que los compañeros, yo los siento como tales, de Alpedrete Puede no son nuestros enemigos, nuestros enemigos están enfrente en lo que representa C's, PP y Vox y ahí va a estar nuestra campaña.
En mayo de 2015 Izquierda Unida de Alpedrete, en coalición, como ahora, con la Federación de Republicanos (RPS), dando forma jurídica a Alpedrete en Común obtuvo el peor resultado de su historia, quedándose la izquierda que aspira a representar fuera del concejo alpedreteño. Muchas fueron las razones que nos llevaron a este fracaso, exógenas y endógenas. Entre las primeras la explosión del intelectual colectivo que surgió de las movilizaciones del 15-M, PODEMOS, que en nuestro pueblo tomó la forma de Alpedrete Puede, que con extraordinaria rapidez obtuvo las 500 firmas necesarias para su constitución como agrupación de electores, lo cual dio una pista de por donde iban los tiros, a lo que, sin duda, no fue ajeno el hecho de que encabezara esa agrupación de electores fuera una persona de gran prestigio como es el médico de muchos años de Alpedrete, y de hecho para algunos de sus votantes, no sabría cuantificar si muchos o pocos, se trataba de "la lista del médico". Entre las razones internas, la principal estribó en la miopía política de quien esto escribe, en su condición tanto de cabeza de lista, como de coordinador local de la Asamblea de Izquierda Unida. Cuando Alpedrete Puede nos manifestó, de forma taxativa, que no tenía la mínima intención de contar con nosotros, argumentando que la etiqueta de izquierda Unida no sumaba sino que restaba, nos empeñamos, y yo singularmente, en jugar en campo ajeno, con un funcionamiento alejado de nuestra práctica política, diluyendo nuestra imagen, y no puedo evitar pensar que quizás quedaron huérfanos muchos de nuestros votos. En definitiva, doscientos votos que no sirvieron para obtener representación.
Los resultados de 2015 nos produjeron, como asamblea, una entrada en shock, a la que no fue ajena la turbulencia a que fue sometida nuestra organización regional, entonces IUCM, que fue desfederada,, siendo necesaria su reconstrucción, un proceso que va bien, aunque quizás más lentamente de lo que a mi, por ejemplo, me gustaría. Esta situación de noqueo político, junto a una serie de tristes avatares personales, nos ha llevado a cuatro años de práctica inactividad política.
Llegamos a 2019, y no tuve más remedio que hacerme una reflexión ¿Ha habido Izquierda Transformadora en la Corporación estos cuatro años? y no tuve más remedio, no de una forma inmediata pero si firme, que contestarme que NO. Es evidente que la composición del tripartito del equipo de gobierno Alpedrete Puede-UNPA-PSOE, no facilita el practicar una política netamente de izquierda, y el triste, tristísimo, espectáculo de reposición de la bandera, tras una manifestación de un centenar de ultrapatriotas, algunos de ellos muy conocidos por su amor a la democracia, fue buena prueba de ello. Nadie ha movido un dedo en la dirección de la reversión de servicios públicos esenciales y la posición del alcalde votando, en contra de su propio grupo, a favor de un PGOU contra el que llevabamos años de lucha, a mi me dejó, como poco, estupefacto.
¿Es necesaria la Izquierda en Alpedrete?
Definitivamente SI.
Después de consultar con compañeros y aliados, tomamos, ya de una forma organizada, como Asamblea, la decisión de reactivarnos y, siempre con la inestimable colaboración de los compañeros de la Federación de Republicanos (RPS), tomamos la decisión de construir un espacio claramente de izquierda.
Nuestra primera intención, intención que nunca hemos abandonado, era sumar a PODEMOS, o mejor construir con PODEMOS ese espacio unitario, y ahí comprobamos algo que se intuía, Alpedrete Puede no es PODEMOS, es más, pensaban constituir un partido instrumental al que "nos invitaban", pero "a título personal" en tanto que ciudadanos, es decir deberíamos abandonar nuestra militancia en nuestra organización para entrar en otro partido, y aquí conviene recordar que todos los partidos son un instrumento, de hecho Izquierda Unida es un instrumento para intentar cambiar la sociedad. El término "Partido Instrumental" no deja de ser, utilizando la terminología, que tan poco me gusta, de Ernesto Laclau, un significante vacío. Con todo es, me parece a mi, muy importante cuidar los aspectos formales, e incluso de carácter propagandista, por ello la coalición ha terminado llamándose
UNIDAS Izquierda Unida / Republicanos
Y en el logotipo aparece PODEMOS
En la entrada anterior intentaba, desconozco con que grado de éxito, construir un esbozo de estrategia tomando como punto de partida el trabajo teórico de V.I. Lenin, ¿Qué hacer?, sobre la confrontación entre política reformista y política revolucionaria. Esas dos políticas se trasladaron de forma orgánica al propio Partido Obrero SocialDemocrata Ruso (POSDR) conformándose las fracciones menchevique y bolchevique., que confrontaron en el II Congreso, celebrado en agosto de 1903 en Londres y Bruselas. Defendiendo su papel en ese congreso, en contra de las tesis defendidas por los mencheviques, capitaneados por Yuli Martov, escribe Lenin Un paso adelante, dos pasos atrás- La crisis en Nuestro Partido (en ruso Шаг вперёд, два шага назад) en 1904,
continuada, ya en 1905 por Dos tácticas de la socialdemocracia en la Revolución Democrática , siendo, a mi juicio, muy recomendable estudiarlas como un trabajo único
En una de las novelas del universo Carvalho, Asesinato en el Comité Central , del inimitable Manuel Vázquez Montalbán, uno de los personajes, un intelectual del Partido tiene la ocurrencia, propia de quien se cree, au-dessus de la mêlée , de proponer una actualización de Lenin adaptándole a la jerga cheli de la época, de forma que ¿Qué hacer? pasaría a ser Como montárselo. Quizás quería el autor del que no soy un experto, por más que me gusten, y mucho, sus novelas, y muy especialmente las del detective, poner de manifiesto que más allá de modernizar el lenguaje y contextualizar época y país
En España, sabido es, el Presidente no es el Jefe del Estado, cargo que ostenta, o mejor detenta, el Rey Felipe VI de manera vitalicia hasta que él mismo, acaso forzado por sus circunstancias, decida dimitir, dicho en terminología monárquica abdicar, para ser emérito.
De hecho, cuando se celebran elecciones generales los que participamos no elegimos ni al Presidente, ni al Jefe del Estado, al que no elegimos nunca, sino a unos señores y señoras que configuran el Poder Legislativo, es decir que tienen como misión elaborar leyes, aunque también son los que dan conformidad, o no, al señor o señora, que propone el Jefe del Estado. De manera que, aunque no se ha dado nunca el caso, pudiera ocurrir que el Jefe del Estado propusiera al Poder Legislativo candidatos sin posibilidades de ser elegidos. No se preocupen, no va a ocurrir, al menos mientras las mayorías parlamentarias electas no cuestionen radicalmente el sistema, el Jefe del Estado, a no ser que pierda el oremus y a día de hoy parece un tipo bastante equilibrado, no va a abrir una crisis institucional que podría llegar a costarle el sitio. Obviamente estamos en otro contexto, pero su bisabuelo, Alfonso XIII, se saltó las normas entregándole el poder a un militar, y a la postre le costó el puesto.
Sin embargo una vez electo, bien porque el poder legislativo ha ratificado la propuesta del Jefe del Estado, bien porque ese mismo poder legislativo ha aprobado una moción de censura que le incorporaba a él como candidato (aquí el Jefe del Estado no participa), el Presidente, con sus ministros, que él nombra, adquiere notable Poder.
Cuando la mayoría del grupo parlamentario socialista y la mayoría de la dirección del PSOE decidieron, literalmente acojonados ante la posibilidad de que una nueva convocatoria electoral les vapuleara aún más, cargarse a su propio Secretario General para regalarle el poder al Presidente del PP, nos vendieron el escenario de que la debilidad parlamentaria del gobierno iba a propiciar que, en la práctica, iba a ser el Parlamento el que gobernara.
Quizás una buena película de 1970 dirigida por Ken Hughes,
Cromwell
Creo que fue el premio Nobel , Don Camilo José Cela, el que para ilustrar la diferencia entre el gerundio y el participio, argumentó que no podía ser lo mismo estar dormido que estar durmiendo, puesto que no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo. Intachable argumento, o a mí, al menos me lo parece.
Viene a cuento este recuerdo al escritor gallego, después de la retirada, a instancias de la Universidad Autónoma de Barcelona, de la condición de doctorando, del currículo oficial de un líder político, que anda tronando por la regeneración de la vida política al tiempo que con sus apoyos parlamentarios ha sostenido un gobierno de un partido que, a tenor de los tribunales, se ha beneficiado de la corrupción. El ínclito, probo y nunca bien ponderado regenerador de la política española contaminada por bipartidismo y falta de fervor patrio era reconvenido por su Alma Mater, por no estar, en este momento, matriculado en nada relacionado con un futuro doctorado, mientras que el adalid de la transparencia y acrisolada honradez, junto con una abundante cohorte, o corte, de agradaores, entre los que destaca un cómico que, a su vez, se había maquillado el propio currículo, argumentaban, el adalid y la corte, o cohorte, con cómico, que puesto que era licenciado, y en algún momento de su vida había tenido la intención de abordar su tesis doctoral, era de aplicación el término doctorando. Llevando al extremo tan peregrino argumento yo mismo, que soy Licenciado en Ciencias, Sección Químicas, por la Universidad Autónoma de Madrid podría ser un Doctorando con una imaginaría tesis sobre, por ejemplo: Tribulaciones de un electrón desapareado víctima inocente de un efecto túnel. Y por lo mismo cualquiera que hubiera terminado el bachillerato sería un Licenciando, el que hubiera acabado la ESO un bachillerando, y así sucesivamente hasta que el embrión desarrollándose en el líquido amniótico del seno materno bien podría ser un parvulando, término mucho mas bonito y original que el de nasciturus, con el que la carcundia, autodenominada Pro Vida, suele acusarnos, a los que defendemos la vida digna para las mujeres, de asesinos, genocidas y otras lindezas, muy poco cristianas, por cierto.
Si alguno de mis lectores, si es que alguno hubiere, detecta algún tipo de animadversión hacia el líder del regenerador partido capaz de hacer pedagogía con un pastor enseñándole como amanece, ha acertado absolutamente, y es que el individuo en cuestión me repatea. Hay cuestiones que, dicen, tienen que ver con la química y aunque ese señor y yo no hemos coincidido nunca, que yo sepa, en el mismo espacio físico,no me transmite buenas sensaciones, digamos que no tenemos química.
No le soporto.
No soporto su aspecto de niño pijo barcelonés (si fuera un pijo madrileño me caería igual de mal o peor) siendo heredero de unos honrados tenderos, honrados pero tenderos.
No soporto su aire de superioridad no siendo más que un abogado, legítima profesión, como tantos pero al que una calculada operación generosa en medios, no sabemos financiada por quien, Cui bono? Cui Prodest? ha elevado a lo más alto del panorama político.
No soporto su españolismo de opereta mala del que es máximo paradigma el símbolo que exhiben en Cataluña del corazoncito con las banderas.
No soporto su ambigüo oportunismo que le permite defender una cosa y la contraria sin mover un músculo.
No soporto se séquito de aduladores, muy señaladamente una señoritinga paletamente endomingá que ha decidido repetir, machaconamente, un mentira: Yo he ganado las elecciones en Cataluña por si alguien acaba creyéndoselo, sin olvidar a un supuesto intelectual cuyo mayor mérito, parece ser, es imitar, mal, a Joan Manuel Serrat ni al cómico antes citado, al que podíamos calificar como pedagogando.
No le soporto.
Pues bien, este señor, con ese bagaje académico, es el que pone en tela de juicio la tesis doctoral del Presidente de Gobierno, del que tendremos que hablar, tarde o temprano.
No soy economista, y aunque profesionalmente convivo con bastantes, su cercanía no me transmite conocimientos suficientes como para valorar la tesis doctoral del Presidente, pero lo que si es cierto es que sobre la Universidad Española se está extendiendo un manto de sospecha preocupante. No me cabe la menor duda que la incorporación de España al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), popularmente proceso Bolonia, para la Universidad Española ha sido un desastre, no solo por la proliferación de Universidades privadas de dudoso prestigio, ya había Universidades Privadas de probado prestigio: Universidad de Navarra, ICAI-ICADE, CEU-San Pablo, Químico de Sarriá y otras, sino por la privatización, en cuanto a objetivos de la Universidad Pública, con la rebaja de las licenciaturas de cinco a cuatro años (y creo que se pretende que sean tres) y lo proliferación de másteres, con escaso control académico, muy onerosos y que permiten lucrarse largamente a profesores sin escrúpulos. Másteres mediocres, que pueden dar lugar, a Tesis Doctorales igualmente mediocres.
Me queda una última reflexión. Efectivamente tenemos políticos muy mediocres, pero que los árboles no nos oculten el bosque, su mediocridad política no tiene nada que ver con su preparación académica. Nos visita con frecuencia José Alberto "Pepe" Mujica Cordano, presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, nunca llegó a terminar sus estudios universitarios, estudióen las escuelas de La Vida, y La Lucha, en ambas es Doctor cum Laude
En la entrada anterior, y en referencia a un general que mandó mucho, despues de ganar una guerra que acabó con las expectativas de un pueblo de salir de un atraso finisecular para intentar abordar un futuro de progreso, y que está allí medio enterrado, hice referencia al valle de los caídos, calificándolo como monumento creado para glorificar la victoria de un ejército reaccionario, incapaz desde 1643 de obtener una victoria excepto en las guerras que emprendía contra su propio pueblo. Sin ir más lejos,en un acontecimiento tan significativo como fue la Guerra de la Independencia, tuvo que ser el pueblo en armas el protagonista de la resistencia. Si hubiera sido el ejército regular el encargado de organizar esa resistencia, no hubiera habido tal, y hoy otro gallo (coq) nos estaría cantando. A lo mejor hubiéramos salido ganando, pero esa es otra historia.
El caso, y es de lo que quería escribir ahora, sin liarme como me ocurre habitualmente, es que en plena Sierra de Guadarrama tenemos una construcción, me resisto a llamar monumento a semejante bodrio, que, como poco, afea, desluce, aja y estropea el paisaje.
Cuando para poner un título a una entrada , en un alarde de falta de ingenio, tengo que recurrir al ingenio que otros si tienen tomo conciencia, y también conscencia, de mis grandes limitaciones. Este es el caso, he tenido que remedar al genio de Aracataca para encabezar esta entrada, para intentar hacerla atrayente dado que va a tratar sobre un cadáver.
Ya nos hubiera gustado a muchos, a mi desde luego, que ese general solo hubiera existido en el universo de Macondo, o en cualquier otro dentro del realismo mágico. Pero no, ese general existió en el mundo real, tuvo su Otoño, como el Patriarca que nos describió Gabo, y aunque tuvo un invierno diferente también dejó un cadáver, que más de cuarenta años después continúa dándonos dolores de cabeza.
Yo recuerdo muy bien el día que murió el general, de hecho era la segunda vez que se me moría, su enfermedad anterior, una tromboflebitis, me pilló en Paris, con Carlos, mi amigo del alma y del que un día, y siempre con su permiso, os hablaré largo y tendido, y cuando deambulando, nuestra actividad favorita dada la precaria situación económica que disfrutabamos, por cualquiera de los bulevares de nuestro principal centro de operaciones, El Barrio Latino , nos cruzabamos con cualquier turista con pinta de español, y no se me pregunté porqué pero en 1974, en Paris, en el Boul'Mich, los turistas españoles tenían una inconfundible pinta de turistas españoles, le preguntabamos por la salud del general solían tener dos tipos de respuestas:
a) No sabían nada pero creían que era una dolencia sin demasiada importancia, respuesta de la que nosotros deducíamos que la censura del régimen estaba ocultando la extrema gravedad del general que estaba, prácticamente, agonizante.
b) Los que, como nosotros, tenían escasas simpatías por el general, su obra y su régimen, nos manifestaban que, junto antes de salir, un amigo, que tenía una prima que a su vez tenía un cuñado que trabajaba en la cafetería del Hospital , que hoy creo que se llama Gregorio Marañón, sin poder recordar su nombre de entonces, le había dicho que un celador afirmaba contundentemente que el general andaba pachucho, en definitiva, el general estaba , prácticamente, agonizante.
Cuando una o dos semanas después, la verdad es que no lo recuerdo bien, Le Monde informaba que el general reasumía el mando que, interinamente, había cedido al que a la postre fue su campechano sucesor, nos limitamos a comentar la mala suerte que había tenido Luis Ocaña en el Tour de ese año. Y a seguir celebrando, porque ,eso sí, llevabamos varios meses celebrando de que los militares portugueses hubieran puesto fin a su propio régimen, esperando, y confundiendo una vez más la realidad y el deseo, la llegada de nuestro propio MFA.
Un año después, algo más de un año, y después de un mes de septiembre muy complicado, en el que el general y sus ministros, solidariamente todos ellos, puesto que todos, de forma colegiada habían dado el enterado, habían decidido asesinar a unos jóvenes, el general, esta vez sí, se puso pachucho. El inesperado asesinato provocó las protestas de los de siempre: comunistas, rojos, masones, maricones, etc, el enemigo exterior que no cesaba en su campaña antiespañola, con la correspondiente respuesta patriótica en la plaza de Oriente y no descarto yo, que el fresquito de aquella mañana de octubre contribuyera al deterioro del general que, por más que intentaba disimular aparecía hecho un cascajo. A su lado, con aspecto serio y solemne, su designado sucesor, al que luego la ironía popular bautizó como el campechano, después, eso sí, de que el apodo inicial de El Breve, hubiera fracasado de forma estrepitosa, "Pa brevas nosotros".
Durante más de un mes, desde que comenzaron los rumores, a los que por razones obvias puse en razonable duda, de su enfermedad, el general fue deteriorándose, por más que un equipo habitual, en el que, al parecer de algunos de forma inexplicable, no estaba nadie habilitado para recoger la Copa de Él, sino que se trataba de un equipo de médicos reclutado por el yerno del general, un aristócrata de medio pelo, que entre juerga y juerga, había conseguido acabar la carrera de medicina, y que como mayor éxito de su vida estaba el haber conseguido los favores de la única hija del general, a la que el gracejo popular, sin demasiados elementos de juicio, creo yo, había dado en llamar la morita, malediciendo, sin duda, sobre la posible excesiva cercanía de las tropas africanas , tantas, y tan efizcamente, comandadas por el general, y su señora esposa, conocida como la collares, en atención a las innumerables vueltas de collar de perlas que portaba ostentosamente.
Yo estoy convencido de que por más que hubiera nombrado a Campechano como sucesor ,el general no tenia previsto morirse nunca, es más, creo firmemente de que estaba convencido de que era inmortal porque no había Dios alguno capaz de tener el valor de llamarle a su lado, con el riesgo que suponía de que a la mínima le levantara el asiento. En ese escenario, no estando prevista la muerte, menos aún lo estaba su sepelio, y nada dejó el general dispuesto a tal efecto.
Bien es cierto que durante el mes largo en que el equipo dirigido por el yerno prolongó de forma cruel la agonía del general alguien podía haber pensado algo, pero....¿Quien tenia los bemoles de plantearlo? Circuló un chiste poco después de que un ojeroso presidente de gobierno anunciara el óbito a la nación:
"¡Españoles, El General ha muerto! a lo que una voz neutra respondía:
"¿Cómo se lo decimos?
En definitiva nadie era capaz de ponerle el cascabel al gato. Una vez que las "previsiones sucesorias", eufemismo tras el que se ocultaba la improbable muerte del general, se cumplieron y Campechano juró los Principios del Movimiento Nacional, mientras su señor padre, hijo de un rey y que creía ostentar unos imaginarios derechos, lo veía por la tele, el encargado de decidir que hacer con los restos del general fue el propio monarca. No teniendo muy claro que hacer, debió pensar, todo esto lo supongo yo, que puesto que el general había puesto mucho interés en levantar un monumento que era la glorificación, pura y dura, de su victoria, que mejor sitio para dejar , al menos de momento, tan incómodos despojos, que igual concitaban amor y adhesión, no se olvide que fueron cientos de miles de españoles los que aguantaron inclemencias climáticas y horas de cola para dar un último adios, que aversión y desprecio, tampoco hay que olvidar que en los días inmediatamente posteriores a que el general fuera a pedir, o exigir, cuentas el consumo de vinos, cavas, e incluso champagnes se disparó muy por encima del tradicional de las fiestas navideñas.
Más de cuarenta años después el general, sus huesos o lo que quede de ellos, siguen ahí, de forma un tanto provisional, cubiertos por una piedra de Alpedrete, sin que nadie quiera hacerse cargo de él. Ni su familia, ni sus herederos políticos más evidentes.
A mí, personalmente, me importa un bledo lo que pase con los restos del general. Fui incapaz de derrotarle en vida no voy a ser tan mezquino de intentar derrotar su cadáver.
Sin embargo si me preocupa que el general siga ganando batallas, y es que, aunque no lo parezca, sus años de mandato sirvieron para perpetuar su legado. Y no es precisamente el que defiende la fundación que se lleva su nombre.
Aunque algún amigo, que indudablemente me quiere bien, me dice que le interesa más cuando escribo de mi, de mis sentimientos, de mis angustias y preocupaciones que de política, no me queda otro remedio que hablar de lo que realmente creo saber algo, porque sinceramente, creo que mi intimidad, más allá de los que bien me quieren, no le interesa a nadie y mis análisis sobre la situación, seguramente erróneos en muchos casos, pueden, o eso quiero creer , interesar a más gente.
Durante este periodo en el que he estado emocionalmente ausente, un término ha venido repitiéndose, de forma un tanto cansina, por toda clase de medios audiovisuales o escritos, El Procès, en resumen hemos tenido Procès por tierra, mar y aire. Siendo ese término, propio de la lengua catalana, que desgraciadamente no hablo pero puedo entender bastante bien gracias a Lluis Llach, Maria del Mar Bonet, Raimon y tantos otros entre los que cabría incluir a Serrat e incluso a La Trinca, un término que quiere resumir "El Proceso por el que Cataluña se separa del Reino de España constituyéndose en República independiente" dicho queda, y en adelante siempre hablaremos de El Procès.
Lo primero que se pone en cuestión es la existencia misma de España, ¿Existe España? A mi humilde entender, y más allá de la incuestionable existencia del Reino de España como realidad jurídica, España existe. Otra cuestión que puede ser relevante, a esta alturas puede que no mucho, y desde luego es discutible es:
¿Desde cuando existe España?
Hay quien opina que existe desde que un íbero, da igual que fuera ilergete, oretano, turdetano o de cualquier otro de los muchos grupos que componía el genérico término íbero, y una celta , que bien podía ser cántabra, carpetana, lusitana o de cualquier otro de los muchos grupos componían el término genérico celta, combinaron sus respectivas cargas genéticas para dar lugar al celtíbero, de existencia , para algunos, discutible que sería el antepasado universal del español.
No publicaba nada en esta bitácora desde noviembre de 2016, en aquella entrada, ya lejana en el tiempo, y casi en el espacio, me asombraba un tanto irónicamente de la rasgadura de vestiduras , que había supuesto la elección de Donald Trump como todopoderoso presidente y comandante en jefe de la no menos poderosa república conocida tanto por su nombre oficial United States of America (USA) como simplemente América , o Norteamérica, hasta tal punto se identifica esa república con el continente que la alberga que a los naturales de allí les llamamos, a veces, americanos, ignorando a la mayoría de los habitantes de ese continente, más frecuentemente, norteamericanos, olvidando a canadienses y mejicanos, y casi nunca estadounidenses, atendiendo a su nombre oficial traducido al español Estados Unidos de América (EE.UU.) En lo que a mi respecta suelo llamarles simplemente gringos, sin ninguna, ¡lo juro!, intención despectiva y atendiendo, exclusivamente, a una denominación frecuentemente utilizada en America Latina y que tiene que ver, creo recordar, con alguna guerra mejicano-estadounidense y la locución green go! mediante la cual se instaba a algún batallón con casaca de color verde a que atacara. En el Martín Fierro (1879) José Hernández utiliza el término en diversas ocasiones
Allí un gringo con un órgano,
y una mona que bailaba,
haciéndonos reír estaba,
cuanto le toco el arreo,
y tan grande el gringo y tan feo,
¡lo viera como lloraba!
Tras tantos meses de silencio debo reconocer que sentía angustia al enfrentarme de nuevo a una hoja en blanco, y esta pequeña introducción que de una forma un tanto autónoma nos ha llevado desde Martin Fierro a Donald Trump me ha servido para reencontrarme con la escritura, actividad que estaba necesitando pero a la que tenía un, puede que infundado, respeto.
En efecto, son muchas las cosas que me han sucedido desde que el , aparentemente y solo aparentemente, descerebrado pelirrojo llegara al poder, la más demoledora, sin duda alguna, el adiós de mi compañera del alma, mi siempre recordada Olga , la persona que más ha influido en mi vida y la que hoy sé que mas he querido, aún quiero, creo que siempre querré, y desde luego siempre tendré conmigo, sin que importe el convencimiento de que ella no está en lugar alguno. Existe su recuerdo, existe su memoria y estarán conmigo hasta que yo exista.
No me voy a rasgar las vestiduras por el triunfo de Donald Trump en la elección como Imperator de un señor de estética tan particular e ideas tan peligrosas. De hecho, que hubiera ganado la candidata de Wall Street, o más propiamente del establishment, Hillary Rohdman no hubiera sido como para tirar cohetes, si tenemos en cuenta su cercanía política, la otra cercanía no me interesa, con la administración presidida por William Jefferson Clinton.
Sin embargo puede ser un buen momento, aunque siempre lo es, para intentar analizar porqué la, a mi juicio, evidente crisis global del sistema está siendo el abono adecuado para que las soluciones fáciles a problemas complejos, el populismo, se constituyan como alternativa a las estructuras políticas clásicas del sistema, vertebradas en el eje liberalismo vs socialdemocracia, mientras que la izquierda revolucionaria, que llevamos toda la vida proponiendo una alternativa seria al capitalismo, el socialismo, quedamos, al menos electoralmente, reducidos a la mínima expresión. No me duele dar la razón, por más que ideológicamente tengamos poco que ver, a Íñigo Errejón cuando, en clara referencia a nosotros, a IU o al PCE, dice que deberíamos analizar el porqué si tenemos, o creemos tener, razón en nuestros análisis recibimos tan poco apoyo, y vuelvo a repetir que, al menos, electoralmente. Es un análisis que tenemos pendiente desde hace mucho y que nos resistimos a hacer a fondo, puede que por miedo a unos resultados que nos hagan modificar toda una estrategia con una enorme inercia. Y si pudiera, y no tengo ninguna necesidad de poder, le diría, con absoluta sinceridad, a Errejón que ese camino fracasado: la constitución de una estructura política capaz de representar los intereses de la mayoría social perjudicada por el sistema capitalista, sin atender a más que al hecho objetivo de la existencia de ese perjuicio, sin tener en cuenta el grado de conciencia de cada una de las clases que componen esa teórica mayoría social, ese camino, repito, fracasado, que tomamos en su día es, sin demasiados matices, el que él propone para su formación política, quizás más descarnadamente, al proponer eliminar el eje izquierda-derecha del discurso y la estrategia. Nosotros, por más que nuestros documentos, análisis y resoluciones, puedan decir lo contrario, y aunque, un tanto teóricamente, pongamos siempre de manifiesto que la contradicción capital-trabajo es la contradicción principal, en la práctica hemos seguido ese camino, y cuando hemos ocupado cargos institucionales, concejalías, alcaldías y escaños parlamentarios, hemos trabajado, en aras de esa mayoría social que decimos, o queremos, representar, para mejorar las propias instituciones del sistema, en lugar de contribuir a la demolición, desde dentro, de esas mismas instituciones, convirtiéndonos, de facto, en parte del sistema, no en su alternativa global y radical. Ese camino, en el que como bien dice Errejón, hemos fracasado de forma notable es el que, paulatinamente va adoptando PODEMOS algo que se acelerará si la estrategia de Íñigo se acaba imponiendo. El asumir como estrategia principal nuestra participación en las instituciones a través de mecanismos electorales del sistema democrático-burgués, que bien podríamos llamar dictadura de la burguesía, puesto que es la burguesía quien impone las reglas, incluso las morales o de conducta, ha sido nuestra práctica habitual, aunque dijeramos otra cosa, olvidando nuestra tarea principal: la generación, o potenciación, del conflicto social para acabar convirtiéndolo en conflicto político, mejorando el grado de conciencia de la clase trabajadora, de manera que pueda convertirse en hegemónica dentro de esa mayoría social, hegemonía que hoy detentan sectores pequeño-burgueses, verbalmente, y solo verbalmente, muy radicalizados. Nos hemos apoltronado en los grupos municipales y parlamentarios, trabajando mucho, eso sí, para defender los intereses de esa mayoría social a la que hacemos constante referencia e incluso, y esto es paradójico y dramático, hemos contribuido a mejorar, con nuestro trabajo, las instituciones de un sistema que aspiramos a demoler. Deberíamos, dar un giro copérnicano en nuestra estrategia y buscar convertir las instituciones en las que participemos, porque debemos participar, en un instrumento de lucha. No sé si puede servir de ejemplo, pero cuando, en los años sesenta, las incipientes Comisiones Obreras deciden participar en las instituciones del Sindicato Vertical no era, precisamente, para mejorarlo. Todo ello si no hemos asumido, yo desde luego no, el capitalismo y su expresión parlamentaria democrático-burguesa, como el mejor de los sistemas posibles, un camino que ya siguió en su momento lo que hasta entonces considerabamos socialdemocracia.
Había comenzado esta entrada manifestando un cierto grado de indiferencia ante los resultados electorales del Imperio para intentar averiguar porque en estos momentos de evidente crisis del sistema, la izquierda es incapaz de conseguir un mínimo protagonismo, y como es natural, de manera no forzada me he venido al entorno que mejor conozco, o que únicamente conozco, la sociedad española. Desconozco, en gran medida, la realidad social norteamericana y por tanto no me es sencillo porque un obrero de Pennsilvania o Michigan, de Pittsburg o de Detroit, ha terminado votando un discurso radicalmente xenófobo, pero me imagino que la deslocalización industrial producto de una globalización gestionada de forma ultraliberal, que ha hecho que la sustitución como fuerza de trabajo de ese obrero norteamericano, por la de un trabajador del tercer mundo colonizado con ingresos muy inferiores ha tenido algo que ver.
Con todo, he decir que esa indeferencia sobre quien se ganaba el puesto de Imperator no es absoluta. Me preocupa mucho que el camino de normalización que la administración Obama había iniciado con Cuba pueda verse dificultado o, incluso, interrumpido, pero no pongamos la tirita antes de que se produzca la herida. Cabe recordar que el intento de invasión de Playa Girón, no de produjo con el reaccionario Richard M. Nixon sino con el apuesto progresista, y nunca bien ponderado, liberal John Fitzgerald Kennedy icono ideológico de la derrotada Hillary.
Podía haber llamado a la entrada Audax, Ditalcos y Minuros, traidores a Viriato, o Marco Junio Bruto, uno, aunque puede que no el más importante, de los conspiradores que acabaron por apuñalar a Cayo Julio Cesar.
Que nadie se confunda, no está en mi ánimo, ni de lejos, comparar a Pedro Sánchez con el pastor lusitano o con el dictador romano que acabó con la República Romana para dar lugar al Imperio. Viriato siempre tuvo muy claro cual era su enemigo y quien lo encarnaba, y cuando sus capitanes, curiosamente naturales de Osuna (Sevilla), le traicionan es por una cuestión estratégica, porque en el fondo no le veían salida a la situación, mientras que Pedro Sánchez, también víctima de una conspiración sevillana, ha demostrado no tener claro ni quien es su enemigo real, ni quien realmente lo encarnaba, aunque hubo quien le recordó, tanto los intereses actuales, tras el correspondiente uso de la puerta giratoria adecuada, como el pasado, dicen que trufado de cal viva, de algún, autodenominado, jarrón chino.
Por otra parte, Julio Cesar, cuando atraviesa el Rubicón, está dando por muertas las instituciones de la República porque las considera obsoletas para la expansión de Roma, y los que le apuñalan, lo hacen porque ni querían ver mermado su poder, ejercido a través del Senado, ni consideraban necesaria expansión alguna que mejorara su cómoda situación. Sin embargo, a mi juicio, no parece que Pedro Sánchez tuviera muy claro porque hacía lo que hacía, con continuos cambios estratégicos nunca explicados. Así, por ejemplo, tras las elecciones de diciembre de 2015 viaja a Portugal con la intención de trasladar aquí el modelo portugués de gobierno socialista apoyado, sin participar en él, por el resto de la izquierda parlamentaria (Bloco, PCP), sin embargo, tras una intervención, puede que poco afortunada en la forma, de la dirección de PODEMOS ofreciendo un gobierno de coalición, da un volantazo a la derecha para firmar un acuerdo con la "derecha moderna" que puede representar CIUDADANOS esperando, y ahí demostró escaso olfato político, una respuesta análoga a la que tradicionalmente había tenido IU: Cualquier cosa con tal de que no gobierne el PP, es decir esperando apoyo, o al menos abstención, sin tener en cuenta, por eso hago referencia a su escaso olfato político, que ni PODEMOS era IU, ni es lo mismo tener una decena, acaso dos en los mejores tiempos, de diputados, que más de setenta. Tras las elecciones del pasado junio muchos nos quedamos estupefactos al ver a Pedro Sánchez, y no solo a él, exultante, pese a sus pésimos resultados, por el simple hecho de haber evitado el temido sorpasso. Y desde entonces sigue errante, como una especie de boxeador sonado, proponiendo, a troche y moche, extraños pactos a fuerzas políticas que, cada una de ellas, se considera incompatible con las otras, si bien, hay que decir en su descargo, camina, es un decir, en zigzag con los tobillos trabados por unas líneas rojas, marcadas por el Comité Federal, absolutamente esquizofrénicas:
-No a Rajoy ni al PP
-No a un pacto que incluya partidarios al "derecho a decidir".
-No a terceras elecciones.
Algo imposible en si mismo, si tenemos en cuenta que, sobre todo, CIUDADANOS pero también UNIDOS PODEMOS, han dejado meridianamente clara su mutua incompatibilidad. Y es curioso que los mismos que le obligan a tener que ir dando bandanzos, con tan absurda resolución, son los que ahora le apuñalan sin remordimiento alguno. Y ahí también ha demostrado Pedro Sánchez que poco tiene que ver con Julio Cesar que si bien acabó traicionado y asesinado, antes tuvo la fuerza y el coraje de consolidar su poder, algo que la ha faltado al, creo que de momento, secretario general socialista, a la hora de abordar su particular, y necesaria, batalla de Farsalia.
¿Y ahora...?
Hay amigos, buenos amigos, que me reconocen cierta, y puede que inmerecida, lucidez a la hora de analizar lo que ha ocurrido, sin embargo, yo mismo reconozco que desde esos análisis, puede que certeros, tiendo a equivocarme con cierta facilidad. Con todo voy a atreverme a hacer un pronóstico:
En lo que respecta a Pedro Sánchez, a pesar de su resistencia numantina, creo que sus días están contados, al menos de momento, aunque, incluso a mi me ha causado una cierta ternura, no cabe duda de que ha ganado mucho prestigio entre la militancia socialista de "a pie", por lo que no es descartable que vuelva a dar la batalla en el inevitable futuro Congreso Extraordinario.
En cuanto al futuro gobierno...Cuando los poderes reales, lo que popular y con no demasiado rigor llamamos el Ibex 35, han dado el paso de hacer emerger alguno de sus submarinos, como el jarrón chino, es para que se consolide un gobierno capaz de llevar a cabo los dramáticos ajustes que exigen los poderes económicos, en definitiva los poderes reales y efectivos, europeos. Que vaya a estar presidido por Rajoy, Nuñez Feijoo, Susana Díaz, Fernández Vara o Albert Rivera es irrelevante, aunque puestos a apostar yo lo haría por el registrador de la propiedad pontevedrés, lo relevante es que va estar sustentado por las estructuras políticas que apoyan la pervivencia del sistema económico capitalista, y ahí, tristemente, están los cuadros del PSOE, aunque no la mayoría de la militancia, y no es que yo considere a Pedro Sánchez un feroz anticapitalista.
La durabilidad de ese gobierno es una incógnita, al menos para mí, pero puestos a pronosticar sigo con la tarea. Creo que una vez abordadas las medidas de ajuste, que van a ser muy duras porque la situación económica es crítica, y para eso van a bastar, como mucho, un par de años, puede que año y medio, con la deuda y el deficit razonablemente embridados, el gobierno caerá por si mismo. Es decir, acabaremos en terceras elecciones, aunque, utilizando le terminología cospedaliana, en diferido.
Y lo que ocurra ahí ha de ser motivo de otra reflexión que, a lo mejor, abordo un día de estos.
Desde el poder político establecido, los defensores de la monarquía parlamentaria, con indudable éxito, han construido un mensaje tendente a considerar a los republicanos, independientemente de su consideración ideológica, como una especie de nostálgicos del régimen del 14 de abril, aspirantes a colocar una tercera franja en la bandera de España como máximo objetivo político. Error. Los republicanos no somos eso, los colores son, a mi juicio, un elemento secundario y de hecho, dato que algunos desconocen, la Primera República no modificó los colores de la bandera, aunque sí el escudo.
Saco mi querida bitácora, siempre la querré como un arma útil, siempre la tendré a mi disposición, de su estado de reposo, siempre temporal, por la perplejidad en la que estoy sumido.
Han pasado muchas cosas desde que en mi anterior entrada, con un poema de Pablo Neruda, quise rendir homenaje a la gesta de Stalingrado. Una de esas cosas, quizás la más relevante, ha sido la repetición de las elecciones ante la impotencia de ese mecanismo de representación, propio de la democracia burguesa, llamado, pomposamente, Parlamento, de configurar, adecuadamente, un gobierno capaz de continuar asegurando la dictadura de clase de la burguesía, porque vamos a decirlo claro: La democracia burguesa, con sus libertades burguesas y su burguesa interpretación de los derechos humanos, no es más que la estructura política, el Estado Capitalista, de la dominación y hegemonía de la burguesía como clase. A esa estructura política los comunistas, muy claramente los marxistas, oponemos la democracia obrera, que correspondería a la dictadura de clase del proletariado, con sus correspondientes libertades e interpretación de los derechos humanos. Hace tiempo que abandonamos el término Dictadura del Proletariado, fundamentalmente, porque hemos perdido la guerra del lenguaje, y si lo empleáramos, con ningún rigor, pero mucha eficacia, nos sacarían a relucir las fosas de Katyn, la Checa de Fomento,... y las mil y un mentiras que una excelente campaña de propaganda ha terminado por imprimir en cerebros con poca, o nula, conciencia política. En su día, hasta las declaraciones de la inefable Svetlana Stalin, quejándose, a su llegada a los Estados Unidos, de que su padre la trataba como a cualquier otra niña, sirvieron, eficazmente, de propaganda anticomunista, como si el principal error de Stalin, de haber alguno, hubiera podido ser ese. No utilizamos, por tanto, el término, pero no hemos abandonado, al menos yo, el concepto.
Retomando el hilo inicial, y habiendo dejado clara la ineficacia del sistema nos hemos visto abocados a una nueva cita electoral con un cambio, en lo que a mi respecta, muy importante. La formación política en la que milito, y cabe recordar que, de una manera u otra, llevo cuarenta y tres años de militancia a cuestas, el PCE, decidía apoyar la integración electoral de IU, movimiento sociopolítico de referencia de los comunistas, militantes del PCE o no, en una coalición electoral llamada Unidos Podemos, interpretando un papel claramente secundario, con nuestro principal activo electoral Alberto Garzón, relegado al quinto puesto en la lista de Madrid.
En una entrevista que me hicieron en la cadena SER Sierra dije, con la brevedad que la entrevista exigía, más o menos lo que pensaba sobre lo ocurrido, y tras asegurar, y sigo asegurando, que voté Unidos Podemos y volvería a hacerlo, y en relación a lo ocurrido parecía que, por una vez y sin que sirva de precedente, Íñigo Errejón podría tener, al menos en parte, razón y, en política, no siempre uno más uno suman dos. Muchos votantes de PODEMOS, básicamente hartos de corrupción e ineficacia, pero que no cuestionan ni el Estado burgués, ni su estructura político-económica básica, no votaron unas listas con nuestra presencia, su destino final fue diverso. En cuanto a "los nuestros", básicamente a nuestro electorado, un electorado que ha sido fiel en condiciones adversas, soportando tsunamis del triunfo del PSOE en el 82, en que el PCE fue barrido, o más recientemente, en 2008, reducidos a nuestra mínima expresión, no fue seducido por las ventajas del acuerdo. El papel secundario en las listas tuvo que ver, y también tuvo que ver la errática y extraña campaña electoral llevada a cabo. A mí, personalmente, se me quedó cara de imbécil, y no sé si se me ha pasado, cuando escuché a Pablo Iglesias Turrión afirmar que sentía muy orgulloso de "haber sido un joven comunista" pero que, una vez madurado, abrazaba con pasión la fe socialdemócrata que a su juicio, y el mío, el PSOE había abandonado. ¿Seré, a mis sesenta años un inmaduro?. Probablemente, no dispongo de datos al respecto, la mayoría de los militantes del PCE y de IU fuimos a votar con disciplina y sin ilusión, pero esa disciplina no parece poder aplicarse a una parte significativa de nuestro electorado.
Y ahora ¿Dónde estamos? Parece evidente que estamos en un embrollo importante y tenemos que salir de él.
A mi juicio, profundizar, como parece ser la posición mayoritaria dentro de IU y del PCE, en la vía Unidos Podemos es un gran error, somos diferentes, hacemos análisis diferentes, y, lo que es más importante, tenemos objetivos diferentes. Ellos limpiar, renovar y adecentar el sistema, nosotros acabar con el sistema capitalista, incluidas sus formulaciones políticas básicas.
Nuestro papel ha de ser otro, más complicado y difícil, que tiene que ver con la escasa implicación de la clase trabajadora como tal, en la acción política. ¿Quiero decir, con lo dicho hasta ahora, que debemos abandonar la política institucional, presentarnos a las elecciones, etc?. No, ni mucho menos, pero hay que resituar esa política en el orden de prioridades, y tener clara su utilidad. La acción institucional no debe hipotecar nuestra política, no podemos ser una fuerza reformista sino revolucionaria. Nuestro papel esencial está en el conflicto, intentando convertir cualquier conflicto social, una huelga, una reivindicación vecinal, etc, en un conflicto político. Tenemos que conseguir elevar, y no es fácil, el nivel de conciencia política de los trabajadores. Conseguir que, efectivamente, se empoderen, tomen conciencia de su papel esencial en el proceso productivo y, por tanto, de que son la única clase capaz de acabar con el sistema capitalista. Lo demás: "lo que quiere la gente", los "de arriba y los de abajo", etc no es más que humo vacuo. Alguno lo definiría como"significantes vacíos".
Yo ESCRIBÍ sobre el tiempo y sobre el agua,
describí el luto y su metal morado,
yo escribí sobre el cielo y la manzana,
ahora escribo sobre Stalingrado.
Ya la novia guardó con su pañuelo
el rayo de mi amor enamorado,
ahora mi corazón está en el suelo,
en el humo y la luz de Stalingrado.
Yo toqué con mis manos la camisa
del crepúsculo azul y derrotado:
ahora toco el alba de la vida
naciendo con el sol de Stalingrado.
Yo sé que el viejo joven transitorio
de pluma, como un cisne encuadernado,
desencuaderna su dolor notorio
por mi grito de amor a Stalingrado.
Yo pongo el alma mía donde quiero.
Y no me nutro de papel cansado
adobado de tinta y de tintero.
Nací para cantar a Stalingrado.
Mi voz estuvo con tus grandes muertos
contra tus propios muros machacados,
mi voz sonó como campana y viento
mirándote morir, Stalingrado.
Ahora americanos combatientes
blancos y oscuros como los granados,
matan en el desierto a la serpiente.
Ya no estás sola, Stalingtado.
Francia vuelve a las viejas barricadas
con pabellón de furia enarbolado
sobre las lágrimas recién secadas.
Ya no estás sola, Stalingrado.
Y los grandes leones de Inglaterra
volando sobre el mar huracanado
clavan las garras en la parda tierra.
Ya no estás sola, Stalingrado.
Hoy bajo tus montañas de escarmiento
no sólo están los tuyos enterrados:
temblando está la carne de los muertos
que tocaron tu frente, Stalingrado.
Tu acero azul de orgullo construido,
tu pelo de planetas coronados,
tu baluarte de panes divididos,
tu frontera sombría, Stalingrado.
Tu Patria de martillos y laureles,
la sangre sobre tu esplendor nevado,
la mirada de Stalin a la nieve
tejida con tu sangre, Stalingrado.
Las condecoraciones que tus muertos
han puesto sobre el pecho traspasado
de la tierra, y el estremecimiento
de la muerte y la vida, Stalingrado
La sal profunda que de nuevo traes
al corazón del hombre acongojado
con la rama de rojos capitanes
salidos de tu sangre, Stalingrado.
La esperanza que rompe en los jardines
como la flor del árbol esperado,
la página grabada de fusiles,
las letras de la luz, Stalingrado.
La torre que concibes en la altura,
los altares de piedra ensangrentados,
los defensores de tu edad madura,
los hijos de tu piel, Stalingrado.
Las águilas ardientes de tus piedras,
los metales por tu alma amamantados,
los adioses de lágrimas inmensas
y las olas de amor, Stalingrado.
Los huesos de asesinos malheridos,
los invasores párpados cerrados,
y los conquistadores fugitivos
detrás de tu centella, Stalingrado.
Los que humillaron la curva del Arco
y las aguas del Sena han taladrado
con el consentimiento del esclavo,
se detuvieron en Stalingrado.
Los que Praga la Bella sobre lágrimas,
sobre lo enmudecido y traicionado,
pasaron pisoteando sus heridas,
murieron en Stalingrado.
Los que en la gruta griega han escupido,
la estalactita de cristal truncado
y su clásico azul enrarecido,
ahora dónde están, Stalingrado?
Los que España quemaron y rompieron
dejando el corazón encadenado
de esa madre de encinos y guerreros,
se pudren a tus pies, Stalingrado.
Los que en Holanda, tulipanes y agua
salpicaron de lodo ensangrentado
y esparcieron el látigo y la espada,
ahora duermen en Stalingrado.
Los que en la noche blanca de Noruega
con un aullido de chacal soltado
quemaron esa helada primavera,
enmudecieron en Stalingrado.
Honor a ti por lo que el aire trae,
lo que se ha de cantar y lo cantado,
honor para tus madres y tus hijos
y tus nietos, Stalingrado.
Honor al combatiente de la bruma,
honor al Comisario y al soldado,
honor al cielo detrás de tu luna,
honor al sol de Stalingrado.
Guárdame un trozo de violenta espuma,
guárdame un rifle, guárdame un arado,
y que lo pongan en mi sepultura
con una espiga roja de tu estado,
para que sepan, si hay alguna duda,
que he muerto amándote y que me has amado,
y si no he combatido en tu cintura
dejo en tu honor esta granada oscura,
este canto de amor a Stalingrado.
Puestos a buscar ventajas, y es que mi tendencia al optimismo es casi patológica, los no muy alentadores resultados obtenidos por UP-IU, en adelante La Izquierda, permiten intentar hacer un análisis objetivo de la situación de otros.
Si empezaramos por la derecha nacionalista española, el PP y Ciudadanos, parece claro, y los poderes ecónomicos que les sustentan están en esa línea, que, y más aún tras el enésimo escándalo de la Operación Taula, la estructura clásica de la derecha tiene que cambiar radicalmente, la situación del Partido Popular es insostenible y la derecha necesita como el comer desembarazarse de personas que, implicadas, directamente o no, en las múltiples tramas de corrupción, por acción, omisión o desconocimiento, y ello salpica a todas las estructuras del partido, sean quienes las componen inocentes o culpables, y a todos los níveles. Mariano Rajoy y los suyos están más que amortizados y su recambio no puede venir de desempolvar las momias que acompañaron la gestión de José María Aznar. Por otra parte la alternativa que, fuertemente apoyada por medios de comunicación de masas, pudo suponer, no sé si sigue suponiendo, el aseado muchacho de Barcelona, Albert Rivera, parece haberse estancado, o quizás frustrado, en una política un tanto errática que le hace ser fácil blanco, por un lado de los que le acusan de ser la neoderecha, y por el otro de los que le acusan de ser de izquierdas. Si tenemos en cuenta que la derecha española es, fundamentalmente, pragmática, y más aún la derecha económica, que corre con los gastos, y ahí está lo que fue ese Totum Revolutum que fue UCD y la , ideólogicamente hablando, suma de heterogeneidades, democristianos, liberales, conservadores, etc que es el actual PP, no es descartable una reestructuración de la derecha en torno a caras nuevas que aproveche para abordar una necesaria modernización ideológica, ya que una parte de su electorado hace tiempo que dejó de comprender esas cruzadas, junto a lo más reaccionario de la sociedad española en cuestiones, el aborto, matrimonios gays, etc, que hace años terminaron en el resto de Europa. La derecha política nacionalista española se encuentra , pués, a mi juicio, en una encrucijada.
El nacionalismo no español, no me gusta el calificativo de nacionalismo periférico, fundamentalmente catalán o vasco, pero también gallego o valenciano, sin olvidar a baleares, canarios y navarros, sin importar si son independentistas, soberanistas o, simplemente, autonomistas, atraviesan, igualmente, por un periodo convulso determinado por la puesta en primer plano político de lo estrictamente identitario. Para la derecha nacionalista catalana, Convergencia Democratica de Catalunya, la situación es dramática puesto que inmersa en un proceso que ha dejado de controlar, pierde toda capacidad de vínculo, incluidas políticas económicas, con la derecha del resto del Estado, primero porque la deriva independentista es inasumible para la derecha española y más inasumible aún la irrupción, con capacidad de hipoteca, de una fuerza que se define como anticapitalista como las CUP. En mejor situación parece estar la derecha nacionalista vasca, PNV-EAJ, escarmentada de haberse embarcado, en su día, en un proyecto sin salida, el plan Ibarretxe, hoy aparece como una fuerza política en alza, sobre todo si tenemos en cuenta que la tradicional izquierda abertzale , con quien ha venido compitiendo en el terreno de lo identitario, se encuentra seriamente amenzado por la fuerza emergente de moda. El nacionalismo de izquierda, la conjunción de ambos términos ya supone algún tipo de contradicción, intenta resolver un problema secular propio al procurar hacer convivir lo identitario, propio del nacionalismo, con la realidad social derivada de la lucha de clases, propia de la izquierda, y esto, lejos de ser fácil, parece tan complicado que, a veces, da la sensación de ser imposible. Los nacionalismos no españoles, de izquierda o derecha se encuentran, pués, a mi juicio, en una encrucijada.
El análisis sobre la fuerza emergente de moda es, a priori, el más complejo. Primero porque es dicícil, desde luego no es autómatico, adscribirlo a un espacio de los tradicionales de izquierda, centro, derecha, y de hecho ellos mismos procuran evitar esa adscripción prefiriendo algo, "los de arriba y los de abajo", que no sé si será más novedoso pero desde luego es más vago e indefinido. Supongo, y por supuesto puedo estar equivocado, no es la primera vez, que la acción política cotidiana, el día a día, les hará, voluntaria o involuntariamente, irse adscribiendo a un espacio político de los llamados tradicionales, de momento, esa indefinición, que en lo electoral les ha sido muy rentable, ha servido, de excusa, puesto que de una torticera excusa se trata, para, en el hemiciclo, mandarlos al gallinero, pudiendo comprobar de primera mano, como el reglamento que sirvió, con su colaboración al impedir el acuerdo con Compromís, para mandar a La Izquierda al grupo mixto, tambien puede perdjudicarles a ellos. Con sus militantes, nos ocurre lo mismo que con muchos del PSOE, los identificamos con la izquierda, sabemos que son de izquierda, hemos compartido con ellos luchas y espacios comunes, sin embrago militan o votan un partido que no lo es. Necesitan, creo yo, imperiosamente saber que van a ser de mayores.Se encuentran, pués a mi juicio, en una encrucijada.
Sin ser fáciles las de los demás da la sensación que es el PSOE quien lo tiene más difícil. Parece que, haga lo que haga, lo acabará pagando. Básicamente aparecen tres posibilidades. La primera, establecer algún tipo de colaboración, con PP y Ciudadanos para formar, o permitir formar, gobierno. Es la opción preferida por personajes de acrisolada ética como Felipe González, presidente de gobierno cuando operaban los GAL impulsados, amparados o auspiciados, según el juez instructor,por una misteriosa X o José Luis Corcuera, ministro del Interior promotor de una ley, la de la patada en la puerta, que hasta al Tribunal Constitucional le pareció una barbaridad. Cuenta, parece ser, también con el apoyo de Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, que no dudó en expulsar a La Izquierda del gobierno andaluz, probablemente molesta por tener que aplicar políticas que nunca fueron de su agrado, y que hoy gobierna, con unas sospechas de corrupción misteriosamente adormecidas, gracias al apoyo de Ciudadanos. Esta opción, muy del gusto también de los poderes económicos, tendría a medio, largo e, incluso, puede que corto plazo, unas consecuencias funestas. Una parte importante de su electorado no iba a comprender el apoyo a un partido, el PP, que no solo es el paradigma de la corrupción, como vemos, de forma continuada, desde hace mucho tiempo, sino que ademas es el partido de la Reforma Laboral y la ley de Educación, leyes que han estado en el punto de mira de la campaña de Pedro Sánchez, leyes que el PP, y así lo ha manifestado por activa y pasiva, no está dispuesto a derogar. Abandonaría el PSOE un espacio que ocuparían otros con facilidad. Un segunda posibilidad es la de presidir un gobierno de izquierdas, por más que uno de sus posibles miembros no se considere, estrictamente, como tal. Numéricamente, descartados los nacionalismos abiertamente independentistas o partidarios del eufemismo derecho a decidir, se necesitaria el apoyo en la investidura del PNV, que a día de hoy no ha tomado partido por la independencia, al menos expresamente, y que, es más que probable, puede conformarse con la seguridad de mantener intocable el llamado concierto vasco. En algún momento ésta pudo parecer la opción más factible, y numéricamente la más clara, pero la aparición por sorpresa de algún, o algunos, presentándose como vicepresidente, o ministros, ha dado munición a aquellos, dentro del PSOE, partidarios del tripartito de la opción planteada anteriormente. Algún maquiavélico, entre los que puede que me encuentre, ha podido pensar que la puesta en escena en cuestión, con César rodeado de los jefes de sus legiones, de hecho uno de ellos es un teniente general, se hizo, precisamente para abortar esta posibilidad. En cualquier caso el PSOE, con este gobierno de izquierda, corre el, no desdeñable, riesgo de que su protagonismo, pese a presidirlo, sea finalmente acaparado por otros, comprobadamente más eficaces a la hora de utizar recursos de agitación y propaganda. Esta opción, sin ser buena, es la menos mala para La Izquierda, siempre que participara en ese gobierno, porque es la única que la permitiría hacerse visible. Por último tiene el PSOE la posibilidad de forzar nuevas elecciones, y aquí, digan lo que digan sesudos expertísimos, nadie sabe que puede ocurrir. El PSOE se encuentra, pués, a mi juicio en una encrucijada.
Pero la encrucijada que a mi importa e interesa es la nuestra, la de La Izquierda. En la entrada de ayer expresaba mi posición y no merece la pena repetirse.
Interesante encrucijada.
No tengo la más mínima idea de lo que nos espera, en realidad nadie la tiene aunque muchos hagan sesudos análisis sobre quien o quienes deben, o pueden, formar gobierno pero como me gusta ser coherente conmigo mismo, algo que no siempre consigo, una cosa tengo clara: Si en su día defendí que IU formara parte del gobierno de Andalucia, y hoy sigo pensando que era lo correcto, si se planteara una hipotética entrada de alguien de UP-IU en un, más hipotético aún, gobierno de "izquierda", y aquí habría que hacer un inciso sobre la triste realidad de que hoy empezamos a considerar "izquierda" todo aquello que no es derecha radical, yo sería partidario de hacerlo, de entrar, entiéndase. Podría justificarlo de muchas formas, la teoría, utilizada de forma torticera, puede permitir avalar, al mismo tiempo, una hipótesis, su antítesis y la síntesis de ambas, solo hay que tener un cierto grado de desprecio por la honestidad intelectual y una cierta habilidad para prácticar la antidialéctica sin parecerlo. La única justificación real para esa hipótetica participación en ese gobierno de izquierda (me cuesta no reirme con el concepto en si mismo) tiene que ver con la lamentable situación en la que nos han dejado las urnas, condenados al grupo mixto gracias, por unas razones o por otras, al concurso de las cuatro fuerzas mayoritarias de la Cámara. Con posibles intervenciones a las tres de la mañana las vísperas de festivo con puente, sólo un ministerio nos daría algún grado de visibilidad. ¿Y qué ministerio sería el adecuado? Es irrelevante en el, más que probable, escenario de que ese gobierno, fuere cual fuere su programa, iba a ser incapaz de abordar la necesaria tarea, si realmente queremos avanzar hacia una sociedad más justa, de comenzar a desmontar el sistema capitalista. Ni siquiera si IU-UP hubiera alcanzado la mayoría absoluta de escaños, algo que, evidentemente, no ha ocurrido, el gobierno que formara iba a ser capaz de abordar esa transformación revolucionaria. ¿Porqué? Fácil, porque a pesar de haber conquistado el Gobierno estaría muy lejos de haber conquistado el Poder, y para conquistar el Poder no basta con depositar una papeleta en una urna o hacer campaña para que otros la depositen en el sentido adecuado, la toma efectiva del Poder requiere que la clase, objetivamente revolucionaria, la clase obrera, tome conciencia subjetiva de su papel y su capacidad, y hoy estamos muy lejos de esa situación, en gran medida porque nosotros no hemos cumplido el papel de lo que Lenin define como revolucionarios profesionales, volcando la mayor parte de nuestros esfuerzos en un trabajo institucional, como concejales o incluso alcaldes, que en muchos casos, por nuestra capacidad de trabajo y honestidad, con las malditas excepciones de todos conocidas, ha servido para favorecer la propia institución, que no deja de ser una parte del propio sistema. Y que nadie tome el rábano por las hojas, no estoy planteando, ni se me ha ocurrido, que una vez instalados en las instituciones lo hagamos mal a propósito para debilitarlas. Nuestra obligación es hacerlo lo mejor que podamos pero sin olvidar que nuestro principal trabajo consiste en agudizar las contradicciones, potenciar el conflicto social, incluso desde las propias instituciones, para modificar esas condiciones subjetivas a las que hacía referencia una líneas atrás. Y eso no lo hemos sabido, querido o podido hacer y está en nuestro debe. Y los resultados electorales son la prueba palpable de esa falta de conciencia subjetiva, cerca de cinco millones de personas han votado, y ¡ojo! estaban en su derecho, han votado por el cambio, o más bien por un cierto tipo de regeneración del sistema sin cambio estructural, en la confianza de que es suficiente con alcanzar una mayoría parlamentaria que permita sostener un gobierno para abordar profundos cambios estructurales. Error. Nuestro trabajo, el de esos revolucionarios profesionales, y retomo esa definición porque para mi es muy querida, está en el conflicto social como expresión de la lucha de clases, generándolo allí donde sea posible, potenciándolo dónde ya este generado, y, siempre buscando el paso de categoría, de conflicto social a conflicto político. Y con ello no desdeño la importancia, que la tiene y mucha, del trabajo institucional en la medida que las propias instituciones nos pueden servir de escaparate, altavoz e incluso, a que negarlo, necesaria fuente de financión.
Incluso en el caso, desgraciadamente lejanísimo, a día de hoy de que la clase obrera hubiera alcanzado un necesario grado de conciencia, no tendríamos nada ganado. Ejemplos nos da la historia, en España tras la revolución de octubre, con millones de afiliados a los sindicatos de clase UGT y CNT, había una clase obrera revolucionaria que contribuyó a la conquista del gobierno en alianza con la izquierda burguesa, y sin embargo fue derrotada, tras tres años de combate, por el sistema mediante un levantamiento militar, un pronunciamiento que hubiera tenido éxito en cuarenta y ocho horas de no haber sido por la existencia de esa clase obrera revolucionaria. Más cerca en el tiempo tenemos la experiencia de la Unidad Popular en Chile y podríamos encontrar otras. En definitiva, la existencia de conciencia de clase en la clase trabajadora no garantiza el éxito, pero su ausencia asegura el fracaso.
Por eso, llegados a este punto y a modo de resumen me da igual que forme gobierno Rajoy, Sánchez, Rivera, Iglesias o la Paquera de Jerez en el convencimiento de que hoy no se dan las condiciones para rentabilizar, políticamente, la obtención del gobierno para alcanzar el Poder efectivo. Y ese debería ser nuestro objetivo prioritario. Y para ello es imprescindible la construcción o reconstrucción, fundación o refundación, del instrumento político adecuado. No soy un fetichista de las siglas ni un devoto de por las siglas de las siglas, amen, pero creo que en este proceso venidero no deberíamos tirar por la borda lo mucho de positivo que tiene IU, y que, al menos en parte, está contenido en sus siglas. Elementos aislados y tarjetas black no son, han sido ni serán IU. No debemos comprar el argumento falaz y rastrero de quienes nos consideran pitufos gruñones con mochila indeseable.