El año 2020 quedará en mi recuerdo para toda la vida en primer lugar por la pandemia mundial del COVID-19, el famoso Coronavirus, y por otro lado porque ha sido el año en que Adspot Media se incorpora dentro de una nueva marca llamada Boosters Group.
Y mis amigos y conocidos me preguntan… ¿y eso que es? ¿has vendido o fusionado Adspot Media? En realidad no, es un más que necesario rebranding. En el nuevo Boosters Group se integran las diferentes empresas que he estado creando los últimos 15 años, cada una con una marca diferente. Llevamos dando servicios a las marcas de coches desde 2005 en diferentes áreas:
Varias marcas diferentes, siendo los mismos, generaban sensaciones extrañas en los clientes, porque no entendían que fuéramos los mismos si cada uno iba con una «tarjeta de visita» diferente. Es por ello que decidimos a mediados de 2019 que debíamos crear una nueva marca que englobara a todas. Se la encargamos a un estudio creativo, y de resultas de todo nació Boosters: una marca que nos recuerda al coche con el «turbo-boost» y a la empresa con «to boost», «impulsar»… impulsamos empresas y las llevamos más lejos.
Una única marca, que engloba a a Adspot Media, a Newspress España y a Kyalami. Y con esta marca nace una agencia 360 grados, que damos servicios plenos de:
En definitiva, somos los mismos pero ahora vamos todos con un mismo nombre y sobre todo más coordinados, entendiendo cada proyecto como un todo y haciendo que las diferentes divisiones trabajen conjuntamente para dar el mejor servicio posible.
Ha sido dificil prescindir de una marca como Adspot Media después de 15 años con ella, pero a veces es necesario un cambio para poder seguir compitiendo. Teniendo en cuenta que nuestra competencia está compuesta eminentemente por multinacionales, seguir dando un servicio personalizado y de calidad máxima desde una pequeña pyme española es lo que nos hace seguir creciendo en este mercado tan complicado. Y seguiremos con ello, es nuestro deber.
El pasado día 8 leí un artículo en el que hablaban de que Kantar ha vuelto a ganar, en solitario, un concurso de medición de audiencias y eso me ha hecho que recordara un documental que vi años atrás y que me llamó la atención, que es el que pongo en este post (os recomiendo su visionado, es muy interesante).
En este caso es para medir la tele, la tele del pasado, pero no la tele de hace años, sino que mide de la manera antediluviana de ponerle un aparato a una familia y que controle qué cadena tenemos puesta. Y aquí me pregunto: ¿no hay una manera mejor de medir el consumo de la tv? ¿como dice el artículo de merca2, no hay más proveedores que puedan concursar?
A mí, a simple vista, se me ocurre un par de operadores que nos darían una información real (no estadística) del consumo de tv, y que además nos darían información de no sólo el tiempo real sino también el consumo on demand. Dice el artículo que el mayor problema es el coste de entrada, es decir, invertir en la implantación de un parque de audímetros.
Como os habréis imaginado, los proveedores que se me han ocurrido son aquellos que ya tienen los aparatos en las casas, concretamente proveedores como Movistar, Orange o Vodafone, con su oferta de televisión a través de un decodificador. Lo que no alcanzo a entender es por qué no han desarrollado este producto, pero a todas luces sería un producto mejor que el que ofrece Kantar. Me quedo con la duda…
A Eurovisión van a ir Amaia y Alfred con la canción «Tu canción» compuesta por Raúl Gómez y su tía Silvia Santoro. La canción en sí no está mal, pero no está para ir a Eurovisión. Estamos en las mismas de siempre… que aprovechando el tirón de OT (que está siendo de cuidado) pues ya pedimos a la gente que nos mande canciones. Así, como todo… con prisas. Y claro, que las prisas te traen estas cosas: que las canciones eran flojas. Algunas, para mí, directamente eran malas. Mi favorita hubiera sido la de Aitana, «Arde«, compuesta por Alba Reig y María Pelaez, en parte porque tiene pinta de que la tenían medio hecha de antes. Pero si me hubieran dado a mí la responsabilidad, hubiera ido sin dudarlo con «Camina«. ¿Por qué? Pues porque asumiendo que no vamos a ganar, ya puestos que al menos los chicos se vayan todos juntos para allá y que vivan la experiencia, ¡qué coño!. Y además, que se lleven un piquito por los derechos de la canción, que digo yo que algo se llevarán (bueno, ellos y Manu Guix, Gestmusic… ahí pillará hasta el tato, que para eso esto se llama showbusiness, para hacer negocio). Pero bueno, que algo se llevarían los chicos.
De todos modos, algo que sí que hay que agradecer a Gestmusic y RTVE es que le hayan dado valor a los compositores y los hayan hecho personajes en esta historia, aunque sea de reparto. Pero al menos ahora la audiencia ya sabe que hay unas personas que componen para que otras interpreten. Esas personas son, literalmente, artistas que necesitan un tiempo para poder crear obras mágicas… a veces cae la breva y les sale un temazo en media hora, pero otras veces no es así y componer por encargo y con prisas no suele venir bien. Pero bueno, que les han dado cierto protagonismo y se ha dicho por activa y pasiva que Eurovisión es un concurso de canciones, no de intérpretes o de espectáculos. Pero esto ahora lo decimos porque el año pasado ganó Sobral con un temazo anti-eurovisión como se conocía. Porque si vemos lo que hemos estado mandando… ¡madre mía!.
Una cosa que no me ha gustado es que les echaran la bronca a los chavales por decir que no les gustaba algo de sus canciones… pero una buena, eh? y mira, yo le hubiera contestado con alegría a la directora de la academia. Porque está bien que OT es su chiringuito y los concursantes unos instrumentos que deben hacer lo que se les dice… pero oiga, ¡no pretenda encima que tenga que gustarme!. En fin, espero un resultado de mitad de tabla, aunque hay que ver los arreglos (mucho habría que hablar también de la importancia de los arreglos y de cómo pueden mejorar una canción!) que le hacen y la puesta en escena, porque si preparan algo similar a lo que hicieron con la canción de La La Land (piano, interpretando ellos y eso), eso subirá puestos… o eso espero. Y al menos, decir que tanto Alfred como Ainoa me parecen muy buenos profesionales, intérpretes y músicos. Se lo merecen y desde aquí mi enhorabuena.
Actualización: España quedó en el puesto 23 de 26.
Vodafone está anunciando a bombo y platillo su tarifa plana de datos para redes sociales y música, denominada comercialmente Vodafone Pass (incluyo un pantallazo en la entrada para ilustrar a día de hoy lo que se anuncia en la web). Esta tarifa está activa desde este pasado verano y ahora la regalan hasta febrero de 2018. Genial, ¿no?
Pues no. Algunos dicen que se atenta contra la neutralidad de la red. Yo lo simplifico más aún: están favoreciendo el tráfico y la audiencia de un proveedor por encima de otros. Y esa audiencia, evidentemente, genera ingresos publicitarios. Esos ingresos van a parar en este caso a los facebooks, instagrames y twitters, y dejan de ir a otros medios. Es decir, la brecha digital de inversión se hace aún más grande.
Hacer que millones de personas puedan navegar gratis (o prácticamente) por facebook o por spotify, hace que potencialmente esas personas vayan a estar más minutos en esos servicios en detrimento de otros que no disfrutan de ese privilegio. Por si ya no estaba suficiente complicado, ahora uno de los grandes players se lo pone más fácil a los grandes. O se lo pone más dificil a los pequeños, mirado desde mi punto de vista.
¿Por qué alguien no sale con algo que beneficie a los pequeños? ¿Por qué facilitar aún más las cosas a la super mega corporación? ¿No debería alguien vigilar estas cosas? En fin…
Manel Navarro llegó a ser nuestro representante en Eurovisión 2017 de la misma manera en la que pasan las cosas en este país: tirando de contactos. El público, los eurofans, votaron (y pagaron) para que fueran otras dos canciones, pero el jurado uso su bala dorada para hacer valer su interés en contra de lo que quería el pueblo y terminamos llevando esta aberración de canción (y por qué no decirlo, a unos flojos intérpretes y maleducados-chulos como pocos) a competir. El resultado ha sido el que esperábamos algunos: los últimos con cero puntos. Luego imaginé que TVE habría hecho los deberes y destinaría (supuestamente, son sólo imaginaciones mías) un presupuestillo para que tuviéramos votos pagados desde otros países. Sea como fuere, ahí que tuvimos esos 5 puntos del televoto… pero el ridículo ya nos lo habíamos ganado. A pulso.
En España hace tiempo que toleramos la corrupción, el tráfico de intereses, el colegueo… aplaudimos al listillo, al chulo… los jóvenes quieren ser por encima de todo «tronistas» o famosos por el simple hecho de ser conocidos por la calle, por el dinero bien fácil, por el ligue rápido… y creemos que no se puede hacer nada. Nos falta dinero para sanidad, pero no se eliminan las pensiones vitalicias de los políticos, el exceso de coches oficiales, la incompatibilidad de percibir una pensión política con un cargo en la empresa privada… pero no hacemos nada, porque creemos que no se puede hacer nada. Y creo que estamos equivocados, pero no sé cómo cambiarlo. Lo que hemos llevado a Eurovision es un reflejo de nuestra sociedad, una canción mala hecha como creemos que la quieren allí, una canción fácil, un artista fácil como lo son los tronistas (sin anabolizantes, eso sí), y que ha llegado allí a «vivir la experiencia» y a «empezar ahora su carrera» a golpe de contacto (dicen que su madre es no se qué de TVE o de una discográfica, aunque la verdad, da igual).
Pero lo mejor de este festival ha sido, con creces, la canción ganadora. Portugal ha ganado con una canción que no es festivalera sino «sentida» (que te puede gustar más o menos, a mí un poco menos) y con un intérprete «raruno», pero con sentimiento, que además tuvo el detalle de decir en el discurso lo que muchos sentimos: que la música no es fuegos artificiales sino sentimiento y arte. Y que se coronó sacando a su hermana, la compositora de la canción, a cantarla con él.
A mí, que siento la música como el arte que es, me llenó «de orgullo y satisfacción» que por fin Eurovision haya cambiado para volver a los orígenes, a buscar la esencia del mismo y a no premiar a puesta en escena y si a una canción. Yo lo llevo pidiendo desde 2010.
Ahora sólo deseo que a Manel Navarro le espere una corta carrera musical, porque es lo que se ha ganado. En la vida uno recoge lo que siembra, y él sembró una selección que muchos tildan de tongo, un corte de mangas, un trabajo fácil, un gallo y cero puntos. Ahora debería recoger… pues mira, debería recoger los bártulos y dejar la música, porque hay muchos por ahí que se lo curran de verdad durante años y no tienen lo que Manel ha tenido. Apuesto a que muchos de ellos lo hubiera hecho mucho mejor que él en Kiev.
Ayer vi el programa Salvados de Jordi Evole, titulado «Fashion Victims» acerca de quién, cómo y dónde se fabrica la ropa que compramos a las grandes marcas. Realmente, como bien dicen varios de los entrevistados, el problema no solo es causado por Inditex, o H&M, o cualquier marca de ropa… es un problema sistémico. Pero después de verlo sentí que tenía que plasmar mi opinión. Lo que más me dolió es que yo tenía aún la creencia (inocente de mí) de que Inditex producía en Galicia. Me suena que lo escuché en algún momento y lo asumí como verdad incuestionable con el paso de los tiempos. Sin embargo, está claro que no es así, sólo tenía que mirar la etiqueta de lo que compro, algo que como se ha visto en el programa casi ninguno hacemos.
Me sacó un apenado «joder…» ver las condiciones en las que trabajan las empleadas de Camboya, que no saben lo que son las vacaciones ni tampoco se protegen debidamente en las áreas de corte de telas. Cobran unos 150 dólares al mes. Pagan unos 45 dólares por la vivienda. Aquí en España, una empresa que aparece en el programa y que promueve que se fabrique en España dice que paga 1.100€ a las trabajadoras. Jordi dice que es un salario digno. Comparándolo con el de la chica camboyana, esta trabajadora tendría que poder conseguir una vivienda por un tercio de su salario, unos 360€. Como mucho, podrá tener una habitación compartida.
Pero de todo el programa lo que me sacó un «joder!…» más doloroso fue el testimonio de la señora/empresaria/cosedora gallega a la que desde Inditex promovieron que montara hace años un taller en Galicia para fabricar para ellos, y se metió. Cómo le dijeron (presuntamente y siempre según su testimonio) de viva voz que no podía tener otros clientes. Y cómo con el tiempo se ve que no puede cumplir con los plazos, o que le bajan los precios… hasta que no puede hacer otra cosa que explotar a sus trabajadoras o cerrar. El problema no es evidentemente (solo) de Inditex sino del sistema entero. Porque lógicamente son empresas y si pueden fabricar por 3€ en lugar de por 8, lo van a hacer, pero que acepten fabricar en países en los que las condiciones son de explotación me parece deplorable. Y ya no solo por las personas, que ya es suficiente, sino también por mantener el planeta ya que estos países se pasan por el forro eso de depurar las aguas, no echar al río los desperdicios, etc.
Más de un año sin escribir… no hay excusa posible. Y eso que he dejado en borrador varias cosas de las que me hubiera gustado hablar pero al final preferí no terminarlas y mucho menos publicarlas. Hay cosas que es mejor dejarlas ahí, en «borrador».
En fin, vamos al lío. 2015 ha sido un gran año en muchos aspectos. Adspot Media y Newspress han rematado bien unas buenas expectativas, y ambas han crecido en negocio y facturación. Además, hemos preparado una buena aplicación que lanzaremos en 2016 y en la que confío que nos proporcione buenas satisfacciones.
Adspot Media ha tenido una gran revolución este año, con la sustitución sin haberlo querido de mucha gente, pero con la consiguiente llegada de grandes profesionales y mejores personas. El equipo está perfecto ahora mismo y eso se nota en el ambiente y en los resultados. Una nueva incorporación el año que viene no nos vendrá mal. Nos hemos consolidado como la red líder de publicidad de automoción, situándonos comScore como quintos en audiencia absoluta y primeros en audiencia de vehículo nuevo e información y novedades del sector. Y todo gracias a nuestros portales, nuestros mejores clientes. Porque ellos son tan clientes para nosotros como las marcas y las agencias.
Newspress por su parte ha hecho un grandísimo trabajo de establecimiento como líder en el sector. No hay agencia de noticias especializada en automoción más grande en el mundo, y nosotros hacemos estupendamente nuestra parte del trabajo en España y Portugal. Hemos crecido en plantilla, lo haremos de nuevo en 2016 y además hemos convertido a nuestro director general en socio según los planes previstos en la constitución. Prácticamente todas las marcas de coches son clientes, y además hemos lanzado con éxito la división de «consulting», dando servicios de consultoría de comunicación, relaciones públicas, redes sociales y traducciones a grandes marcas. Un excelente año.
El año 2016 lo estrenaremos prácticamente en otra oficina, y es que a finales de enero nos mudaremos. Será la tercera vez en 10 años que nos movemos: la primera «sede» fue una habitación con un colchón en una pared, un armario y un escritorio en la pseudo-oficina de km77 allá por 2005, cuando empecé esta aventura yo sólo con mi ordenador. La segunda, un business center muy bonito y funcional en Pozuelo frente al Hipercor en la que incorporamos los primeros empleados. La tercera ésta en la que estamos: una oficina donde hemos estado desde finales de 2008. Ahora nos volvemos a mudar por tercera vez hacia la que será nuestra cuarta sede, una oficina más grande, bonita y con el ánimo de que nos sirva para crecer aún más.
Y finalmente, siendo esto un blog personal, no podía faltar un pequeño resumen personal: feliz como nunca con mi hija y mi mujer, a las que adoro. Con un nuevo sobrino con la llegada de Adrián, que hace que se me caiga la baba. Con la visita de mis tíos y primas de Almazora, a los que hacía tiempo que no veía y que me recordó que son importantes en mi vida. Habiendo volado bien poco este año, a duras penas para conseguir mantener la licencia de piloto. Con un par de tiradas que me recordaron que no se me da nada mal, sin entrenar, esto de la pistola. Y con un verano en el que estrenamos una pequeña zodiac para movernos por Menorca, eso sí, muy despacito…
Feliz 2016! … a por él!!
Ya lo puedo decir: soy inocente. Así me ha declarado la Audiencia Provincial de Barcelona de todos los cargos de los que me acusaba Risc Group (ahora llamados STS Group), con condena en costas para los demandantes, sentencia en firme puesto que no han recurrido.
Para los que no lo sepan, esta multinacional francesa dedicada a la seguridad online entre otras cosas me demandó allá por el año 2010 por haber publicado un artículo en este blog personal en el que me quejaba de la manera de venta agresiva que utilizaban. La cuantía de la demanda era de más de un millón de euros por los daños y perjuicios que le suponía este artículo en mi blog (sí, sí, en este blog… no en wikipedia, o en El Mundo, o cualquier otro medio de gran audiencia… no, en mi blog personal). Y curiosamente no utilizaron el artículo en sí para demandarme, sino que 3 o 4 comentaristas les llamaron «estafadores» y yo permití esa publicación para poderles dar la réplica diciendo que no habían sido estafados sino que habían firmado un contrato legal, y que la próxima vez fueran con más cuidado en lo que firmaban. La jueza me consideró un «colaborador necesario» para que otros realizaran esos «insultos». Me condenaron por defenderles… encima.
Curiosamente el primer juicio lo perdí contra todo pronóstico, porque pese a que no les aceptaron la demanda millonaria (menos mal), sí que me declararon culpable de un delito de intromisión al honor y me condenaron a pagar 20.000€ y las costas (imaginad las costas de una demanda así con bufetes ingleses y franceses de por medio… además de los procuradores), una condena a mi juicio la más dura en este tipo de demandas, de una cuantía más grande que las famosas de puta SGAE de Julio Alonso (que ganó en el Supremo, por cierto), el caso de Ramoncín o el de insultos a la Corona, por citar algunos ejemplos. Todas esas condenas eran por menos de la mitad de lo que me condenaron a mí. Y todo por permitir que 3 comentaristas les llamaran «estafadores» y luego yo mismo les defendiera. No daba crédito. Una demanda así, por esa cuantía, es casi más peligrosa que lo que pedían originalmente porque es algo que un trabajador como yo puede, con mucho esfuerzo y durante muchos años, pagar.
Un Goliat contra David en toda regla, que en primera instancia perdió David, el débil. Pérdidas de sueño familiares, incomprensión de la situación y de cómo uno, pese a hacer algo bien, puede «pringar». Yo escribí el artículo para ayudar a que no picara más gente, o al menos que tuvieran más información al respecto antes de firmar nada, y fui condenado por ser, en esencia, buena gente. Y cuando es la propia Justicia (esa que debería estar de tu lado) la que te pega, es aún más doloroso. Este tiempo desde la declaración de culpabilidad han sido duros, y sobre todo, con un punto de tensión continuo que no le conviene a nadie.
Dos años después, la Audiencia Provincial ha puesto justicia en este asunto. Y ya está, puedo dormir tranquilo. Goliat ha perdido, aunque les daba igual: era una demanda más de las que una empresa como esa puede tener encima de la mesa. Y yo?, me contento con no tener que pagar, con haber ganado… Qué pena no poder pedirles una indemnización por los 4 años de tensión y sufrimiento. Probablemente no pagarán los gastos, se buscarán una excusa… ya lo contaré.
De momento se ha hecho justicia. Y lo puedo decir bien alto porque yo no hice nada malo, más bien todo lo contrario.
Gracias a Enrique Oltra, mi abogado, que ha estado ahí durante todo este tiempo. Hemos ganado.
Mi progresión en el mundo del tiro deportivo está siendo moderada, la verdad… en todo el verano no pude entrenar porque estuve fuera de Madrid, así que la pistola no la pude tocar. Pese a eso, después de volver estaba el campeonato regional de la Federación Madrileña de Tiro, y ahí que me presenté. Con más pena que gloria, quedé en un cuarto puesto de mi categoría, y noveno en la general, con 528 puntos.
Mi carrera deportiva hacia las Olimpiadas está en un punto de standby, ya que aunque he entrenado durante todo el año con Jorge Llames, que es la caña, no puedo garantizar mi continuidad semanal, y eso me penaliza enormemente. Tengo las bases, y haré lo que pueda este año, pero no las tengo todas conmigo. Igual los Juegos Olímpicos no están a mi alcance en esta temporada… jeje
Hace un par de semanas me habilité para IPSC, también llamado en España «Recorridos de tiro» o en el resto del mundo, «Tiro práctico». Y este pasado fin de semana como había una de las pocas tiradas en la Federación de IPSC, pues me apunté. Compré hace unos meses una Smith&Wesson MP9 de segunda mano precisamente para este menester.
Como novato que soy, lo importante era que no me descalificaran. Hay muchas maneras de que te descalifiquen, y todas son bien fáciles. Tienen que ver con la seguridad, lo que está muy bien para que automatices movimientos y más cuando llevas una pistola cargada y en movimiento, y son la ruptura de ángulos (arriba y abajo, y a los laterales), barrerte algún miembro del cuerpo (apuntarte a una mano al abrir una ventana, por ejemplo), y cosas así.
Todos los que hicimos el curso cumplimos nuestro objetivo: no descalificar. Para ello, sencillamente, fuimos despacio. El IPSC es un deporte que valora tanto la precisión como la velocidad… y mucho. Sacan una media que se llama «hit factor». Y eso me ha penalizado en mi resultado, he ido muy bien en la puntería, pero muy despacio. Resultado: puesto 30 de 38 en la categoría Producción.
La verdad es que no tiene nada que ver con el tiro olímpico, que me gusta mucho y lo disfruto. Esto, sin embargo, es hacer algo sólo para divertirte. Es mucho más ameno que el tiro de precisión, se disfruta simplemente por el hecho de hacerlo. No le veo una progresión como deporte, para mí, claro está. Simplemente, es divertido. Así que cuando haya tirada o competición, pues me apuntaré también.
Y ahora os dejo un video de alguien que lo hace bien (J.C. Jaime, subcampeón del mundo) para que veáis que tiene bien poco que ver con lo que hice yo